Este invierno está haciendo de las suyas, como todos los años cuando aparece el frío y acudimos a todos a la imprescindible sopa de pollo con jengibre de la abuela. Los resfriados van sumando víctimas, sin importar la edad, desde los más pequeños hasta los más avanzados de edad (que suelen los más afectados) y la sensación de malestar generalizado parece inevitable para muchos. Aunque todavía no existen fórmulas mágicas para curar un resfriado de inmediato, no hay nada mejor y más reconfortante que una sopa casera, de esas que hacen las abuelas. Y es que además de hidratarte y reconfortarte, este plato puede convertirse en tu mejor aliado para combatir los síntomas, si utilizas los ingredientes correctos.
Hoy te traemos una receta de sopa de pollo con jengibre, cúrcuma y otros ingredientes naturales que no solo te harán sentir mejor, sino que también nutrirán tu cuerpo cuando más lo necesitas. El secreto de esta sopa: Prepararla con cariño (o mejor aún, deja que alguien especial lo haga por ti) y disfrútala desde el sofá, rodeado de mantas.
3Un plato que alimenta el cuerpo y el alma
El secreto de esta sopa no está solo en sus ingredientes, sino también en el amor con el que se prepara (es ideal para preparársela a esa persona especial y apuntarte unos cuantos puntos). Tomarte el tiempo para cocinarla o recibirla de alguien especial puede marcar la diferencia en un día gris de invierno.
Además de hidratarte, el caldo caliente alivia la garganta irritada, mientras que las especias y hierbas naturales aportan beneficios para el sistema inmunológico. Si bien no hay garantías de curación instantánea, una sopa de pollo con jengibre es el consuelo que necesitas para esos días de malestar.
No dejes que el invierno te tome por sorpresa. La próxima vez que sientas los primeros síntomas de un resfriado, prepara esta receta y disfruta de su magia. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!