Y es que el moho puede aparecer en cualquier momento y en una gran variedad de lugares, sobre todo en alimentos que vienen en lata. El tomate frito en lata o en bote es un salvavidas en la cocina, sobre todo cuando llevamos un estilo de vida agitado. Es práctico, rápido y perfecto para crear salsas, guisos o bases para pizza y otra gran variedad de recetas, sin complicaciones.
Sin embargo, cuando abrimos una lata o bote, muchas veces no usamos todo el contenido, y la preocupación de encontrar moho al volver a utilizarlo puede arruinar la experiencia. Pero no te preocupes, ¡hay una solución fácil! Si este es tu caso, no te preocupes porque hoy te contamos cómo evitar que esto vuelva a pasar con un sencillo truco.
1La clave para evitar el moho está en el almacenamiento
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Cuando abrimos una lata de tomate frito o triturado, lo mejor y más recomendado por los expertos es transferir el contenido sobrante a un recipiente de vidrio hermético. Los envases de metal no son ideales para conservar alimentos una vez abiertos, ya que pueden reaccionar con el aire y provocar la formación de moho rápidamente. Al usar un recipiente de vidrio, evitas que el tomate entre en contacto con el oxígeno y, además, conservas su frescura por más tiempo. Esto es esencial para evitar que el moho se forme en la superficie.