En las carreteras nacionales ha surgido un nuevo fenómeno que le ha puesto los pelos de punta a las autoridades de la DGT (Dirección General de Tráfico). Se trata del “método gallego”, una artimaña ideada por los conductores de Galicia que busca engañar a los radares y que rápidamente se está esparciendo a todos los rincones de nuestro país.
Este método se basa en la colaboración entre conductores a través de grupos de WhatsApp y otras plataformas, y les permite eludir las multas por exceso de velocidad al alertarse sobre la ubicación de los radares. Si bien en principio esta práctica puede resultar graciosa e inofensiva, ha generado fuertes preocupaciones en la cúpula de la DGT.
2Las preocupaciones de la DGT ante este fenómeno
La DGT ha calificado al ‘método gallego’ como una amenaza directa a la seguridad vial. Su principal preocupación radica en que esta práctica reduce la efectividad de los controles de velocidad, diseñados para prevenir accidentes.
Cuando los conductores son conscientes de la ubicación de los radares, tienden a ajustar su velocidad únicamente en esos puntos específicos, volviendo a exceder los límites inmediatamente después. Esto genera un patrón de conducción peligroso que, lejos de promover la seguridad, aumenta los riesgos de accidentes en tramos sin vigilancia.
Además, los datos de la DGT muestran que el exceso de velocidad es una de las principales causas de accidentes mortales en España. Por ello, los radares no solo tienen un propósito recaudatorio, como a menudo se argumenta, sino que son herramientas esenciales para salvar vidas. La proliferación del ‘método gallego’ compromete seriamente este objetivo.