Djokovic no lo tendrá fácil en los próximos enfrentamientos en Australia
El británico Andy Murray tuvo un debut como entrenador lleno de intensidad, entregándose por completo para orientar a su pupilo en cada momento clave del partido. Murray no dudó en levantarse repetidamente, gritar y dar instrucciones precisas, aprovechando la nueva disposición de los banquillos, ahora más cercanos a la pista, lo que facilita una comunicación más directa y constante entre el técnico y el jugador, reflejando su compromiso y energía en esta nueva faceta de su carrera.
Murray vivió una hora y media de tensión, sufriendo al mismo ritmo que su renombrado pupilo, quien también es su amigo desde las categorías inferiores y, en esta ocasión, su verdugo. El escocés y Novak Djokovic, de 37 años y actual número 7 del mundo, enfrentaron un debut lleno de sobresaltos en el Open de Australia 2025.
Djokovic, sometido por un «novato»
El diez veces campeón tuvo que lidiar con el ímpetu de un joven estadounidense de 19 años, Nishesh Basavareddy, número 107 del mundo y reciente semifinalista en el torneo ATP de Auckland. La sorprendente actuación del norteamericano, de ascendencia india y exalumno de la Universidad de Stanford, a la que dejó atrás para dedicarse al tenis profesional, se extendió hasta que su físico comenzó a pasarle factura.
No fue la mejor versión de Novak Djokovic, lejos del tenista que ha conquistado diez títulos del Open de Australia, veinticuatro trofeos de Grand Slam y una medalla de oro olímpica. Sin embargo, incluso en un día menos brillante, el serbio sigue exigiendo un nivel altísimo a un joven inexperto, aún en proceso de adaptación al ritmo implacable que impone una figura de su calibre.
Tendrá que apretar en los próximos enfrentamientos
Djokovic necesita reaccionar rápidamente, ya que el cuadro no le ofrecerá más concesiones. En tercera ronda podría enfrentarse nuevamente a su reciente verdugo en los cuartos de Brisbane, el estadounidense Reilly Opelka, o al siempre peligroso checo Tomas Machac. Más adelante, en un posible cruce de cuartos, lo espera Carlos Alcaraz.
El serbio no logró ganar ningún Grand Slam en 2024 y ha iniciado este 2025 con un ritmo algo bajo. Sin embargo, Djokovic siempre piensa a corto y medio plazo, y con él nunca se puede dar nada por sentado. Lo demostró una vez más con su asombrosa recuperación de la lesión de rodilla sufrida en Roland Garros, que no le impidió llegar a la final de Wimbledon y conquistar el título en París a finales del año pasado.