El pasado verano Cabify ya recibió críticas de sus sindicatos por los niveles de calor extremos a los que quedaban expuestos los vehículos que se guardan a la intemperie, con varios conductores reportando golpes de calor al abrirlos tras volver de sus vacaciones. Es un problema que tiene su propia versión de invierno, con varios trabajadores reportando que al volver de sus vacaciones o de alguno de los puentes del mes de diciembre se han encontrado con los coches literalmente congelados. Es un problema que les preocupa, y que puede generar un daño irreparable en los vehículos que necesitan para trabajar.
Las imágenes a las que este medio tuvo acceso muestran los coches, incluyendo neumáticos y el parabrisas, lo que hace que sean peligrosos al empezar a trabajar y aunque apliquen las soluciones que recomienda la empresa, encender la calefacción del coche una vez que entran en el mismo, esto no solo genera incomodidad, sino que les obliga a esperar que se derrita el hielo antes de empezar a operar, lo que tiene un efecto directo sobre su facturación, un punto clave para que los conductores puedan cobrar lo suficiente para llegar a fin de mes.
En cualquier caso es una situación complicada para los conductores. Lo cierto es que no es la primera vez que chocan con la plataforma por puntos clave de sus condiciones de trabajo, la realidad es que este tipo de discusiones son frecuentes. En este caso, Anacon VTC, una de las agrupaciones del sector que representa conductores autónomos y a las pequeñas empresas con algunas licencias, recuenta no solo el daño a largo plazo que la congelación puede generar dentro de los vehículos, sino también del tiempo de espera en el frío mientras que se descongelan tras encender la calefacción.
En cualquier caso, el reclamo es el mismo que el de los sindicatos durante el verano, que se hagan estacionamientos techados donde los vehículos no deban estar a la intemperie, sobre todo cuando los conductores toman unos días libres, como es normal, sobre todo en verano y en la temporada decembrina. Es que los problemas de calor que vienen de la mano del verano fueron la primera advertencia.
LOS ESFUERZOS DE CABIFY PARA FACILITAR LA VIDA DE SUS CONDUCTORES
Lo cierto es que esta situación ocurre al mismo tiempo que Cabify avanza en camino a la electrificación de toda su flota de vehículos, y hace unos meses las empresas que controlan estos vehículos, al igual que las licencias para operar como conductores de VTC en Madrid, afrontan un complicado proceso de negociación con los sindicatos para cerrar el nuevo convenio de los conductores tanto de la empresa como de competidores como Uber y Bolt. Es una suma de factores, que vienen de la mano de la necesidad de todo el sector de hacer el trabajo de sus conductores más apetecible a medida que siguen creciendo.
De allí que sea tan importante evitar situaciones como los efectos que tienen estos conductores. Con reportes de golpes de calor en verano es difícil convencer a alguno de asumir este tipo de trabajo, y las imágenes de los vehículos congelados tienen efectos similares a la hora de intentar convencer a los posibles conductores de sumarse a la plataforma en el futuro inmediato.
En cualquier caso es complicado ignorar que es un problema de lenta solución. Aunque ya en verano los sindicatos indicaron a este medio que las plataformas habían prometido que habría un espacio para resguardar los vehículos en este tipo de situaciones, es fácil suponer que esto puede tomar varias semanas o incluso meses antes de que esto sea una realidad. Incluso en esta situación es preocupante que la única opción ofrecida a los conductores sea encender la calefacción y esperar.
EL EFECTO DE LA CONGELACIÓN EN LOS VEHÍCULOS
La otra preocupación como empresa es el daño que la congelación puede generar a los vehículos de Cabify. Este tipo de situación puede generar daños a los vidrios del vehículo, además que se puede congelar el líquido refrigerante, el del limpiaparabrisas o incluso las baterías de los mismos. Son daños que pueden hacer que estos coches terminen estacionados por varios días mientras se arreglan, lo que tiene un efecto directo en sus ingresos, pues aunque tienen un sueldo base buena parte de sus ganancias dependen de la facturación de sus turnos de trabajo.
Es un problema más del que preocuparse, en una época en la que los gastos suelen ser mayores, por lo que es complicado ignorar la realidad que asumen en este momento, sumado al riesgo de que se generen daños mecánicos a largo plazo que terminan por causar un accidente meses después.