En Europa, donde la historia y las civilizaciones han dejado huella a lo largo de los siglos, hay un país cuya continuidad ha sido tan sólida que no ha cambiado su nombre desde su fundación en el siglo VII. Este país es Bulgaria, el más antiguo de la Unión Europea, con una rica herencia cultural y un nombre que ha perdurado a través de milenios. Hoy, exploramos por qué Bulgaria mantiene este título y cómo ha logrado conservar su identidad a lo largo de más de 1.300 años.
1Bulgaria: Fundada en el año 681
Bulgaria, situada en el corazón de los Balcanes, tiene una historia que se remonta a los tiempos de los tracios, una civilización que habitó la región mucho antes de la llegada de los romanos. Fue en el siglo VII cuando el Primer Imperio Búlgaro fue fundado, adoptando el nombre de «Bulgaria», que proviene de la tribu protobúlgara. Desde ese momento, el país ha mantenido su denominación, lo que lo convierte en el único de la Unión Europea que no ha sufrido cambios de nombre en su larga trayectoria.
A pesar de las sucesivas invasiones y dominaciones, incluida la del Imperio Romano, el Imperio Bizantino y los Otomanos, Bulgaria ha logrado conservar su nombre, idioma y religión, adaptándose a los cambios históricos sin perder su esencia. Este factor ha sido clave en la preservación de su identidad, tanto a nivel cultural como político.