Legado Solidario: historias humanas detrás de una decisión transformadora

Hacer legado solidario es un gesto profundamente humano y altruista. Una manera de dejar huella en el mundo más allá de la propia vida. Al incluir a una organización benéfica como heredera en el testamento, las personas buscan una contribución permanente en causas que les importan, perpetuando sus valores e ideales.

Pero este tipo de decisión no surge de forma espontánea: está cargada de emociones, experiencias personales y una profunda reflexión sobre lo que significa dejar un legado.

Madre e hija compartiendo valores

Andrea, de 65 años, y su hija Carla de 35, tomaron hace tiempo la decisión conjunta de incluir a Cruz Roja como heredera universal en su testamento. Andrea siempre fue una persona muy implicada en causas sociales, especialmente en las relacionadas con la salud y atención a personas vulnerables, quizá porque su madre pasó sus últimos años con un notable grado de dependencia. «Para mí, Cruz Roja ha sido siempre un símbolo de ayuda incondicional. Durante muchos años viví en primera persona el impacto que tiene en la vida de las personas que necesitan apoyo», nos cuenta.

Carla, aunque más joven, comparte los mismos valores de su madre. Tras conversar sobre el futuro, decidieron que Cruz Roja recibiría la totalidad de su herencia. «Lo hemos hecho porque queremos seguir ayudando una vez no estemos «, explica Carla. En su caso, la inclusión de Cruz Roja no solo fue una manera de honrar los valores familiares, sino también de reforzar la idea de que, más allá de lo material, lo importante es el legado ético y humano que se deja.

La relación entre madre e hija, cimentada en una vida de colaboración e implicación con los demás, se ve reflejada así en su testamento. Ambas sienten que, de esta manera, perpetuarán lo que siempre han defendido: la solidaridad y el compromiso social.

Hacer Legado Solidario

Más grande e importante que nuestro matrimonio

Julián y Carmen son un matrimonio sin hijos que, tras años de trabajo y ahorro, decidieron dejar a Cruz Roja una parte significativa de su patrimonio. Entrados ambos en los 50, sus vidas han estado marcadas por el esfuerzo como proceso para poder disfrutar de una situación económica que les aportara seguridad y tranquilidad. Pero por detrás siempre estuvo el deseo de que toda una vida de trabajo tuviera sentido, trascendiendo en algo más grande e importante que ellos mismos.

«Siempre supimos que queríamos hacer algo significativo con nuestra herencia y Cruz Roja fue la opción natural para nosotros», comenta Carmen. Para él, la decisión vino tras haber visto de cerca el trabajo de la organización en diferentes crisis humanitarias. «Es admirable la capacidad que tienen para estar presentes en los peores momentos, ayudando a quien más lo necesita. Sentimos que nuestra responsabilidad era apoyar eso.»

Sin hijos a quienes dejar sus bienes, sintieron libertad total para destinar su herencia a una causa que comparten y en la que creen. «No solo se trata de dinero, también es una forma de seguir presentes en la vida de las personas que lo necesitan». Julián y Carmen esperan que su legado ayude a financiar proyectos de respuesta inmediata ante emergencias allá donde se necesite.

Un aprendizaje para las nuevas generaciones

Alex y Lucas, pareja homosexual con un hijo de 10 años, tomaron la decisión conjunta y simbólica de legar en favor de Cruz Roja como acto solidario, pero también como aprendizaje para su hijo. «Queremos que crezca entendiendo la importancia de compartir y ayudar a los demás. Nuestra intención no se reduce al mero hecho de dejarle una casa. Para nosotros también es importante ser su referente en valores dando ejemplo».

Para ellos, su legado es una manera de transmitir que el éxito en la vida no se mide por lo que uno acumula, sino por lo que comparte. Según Alex, Cruz Roja ha tenido un peso importante en sus vidas: “Nos apoyaron y orientaron en momentos difíciles y nos pareció lógico devolver algo de lo que recibimos.»

Su decisión de incluir a Cruz Roja en su testamento responde a la necesidad de contribuir a una sociedad más justa e inclusiva, «Por un lado queremos que nuestro hijo crezca sabiendo que parte del bienestar social radica en el compromiso con el prójimo. Sabemos que nuestro legado contribuirá a la puesta en marcha de proyectos de inclusión e igualdad que trabajen en beneficio de una sociedad más equitativa y avanzada”.

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Cambio generacional en legados solidarios

Tradicionalmente la fórmula del legado solidario ha estado asociado a personas mayores de 65 que decidían a esa edad hac

er su testamento. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un cambio notable: cada vez más personas de entre 40 y 50 años están incluyendo a organizaciones benéficas en sus testamentos.

Los datos hablan por sí solos. Los españoles dieron en 2023, 33,8

millones de euros a ONG y fundaciones a través del testamento solidario. Esta cifra supone un 31 % más que la cantidad ingresada en 2020. El 48 % de estos donantes eran solteros o solteras y el 30 %, casados, rebajándose significativamente la edad del donante.

Según expertos del sector, año tras año, la diferencia de porcentaje entre las personas que no tienen hijos y hacen testamento solidario y las que sí, se acorta: la tendencia indica que tener descendencia supone últimamente un menor freno para legar solidariamente en favor de alguna entidad.

En un mundo hiperconectado y cada vez más consciente de las desigualdades globales, ha ido creciendo en los últimos años el número de donantes de este perfil. Esta realidad despierta cierta sensibilidad hacia las causas sociales y una mayor disposición a legar solidariamente.

Las generaciones más jóvenes ya no ven el testamento como una simple fórmula de ayuda financiera a las entidades. También es una opción que les hace ser consecuentes con sus propios valores, contribuyendo a un cambio social que perdure en el tiempo.