Aunque es fácil asociar a los camellos con las áridas regiones de África o Asia, lo cierto es que el país con la mayor población de camellos en el mundo es Australia. Este dato sorprende, ya que los camellos no son nativos de este continente, pero su historia en el país es fascinante y compleja. Desde su introducción en el siglo XIX hasta convertirse en una plaga en el siglo XXI, los camellos han dejado una huella profunda en la fauna australiana.
1La llegada de los camellos a Australia
La historia de los camellos en Australia comienza en 1846, cuando el explorador John Ainsworth Horrocks introdujo el primer camello para ayudar en sus expediciones por el desierto. Pronto, Australia comenzó a importar camellos de Arabia Saudita, India y Afganistán para usarlos como animales de carga en las vastas y zonas desérticas del país. Estos mamíferos resultaron ser sumamente útiles debido a su resistencia al calor extremo y su capacidad para recorrer largas distancias sin necesidad de agua. En el siglo XIX, miles de camellos fueron traídos al país, convirtiéndose en una pieza clave para el transporte en el interior del país.