En una reveladora investigación, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha destapado una práctica preocupante en la industria cárnica que afecta directamente al bolsillo y la salud de los consumidores. El estudio señala que ciertas carnes procesadas, especialmente las marinadas y adobadas, contienen hasta un 40% de agua en su composición, un hecho que no solo compromete su valor nutricional, sino que también representa un sobrecosto significativo para los consumidores que pagan precio de carne por agua añadida. A continuación te contaremos que efectos nocivos sobre la salud puede acarrear el consumo de esta carne.
1La alarmante revelación de la OCU sobre las carnes procesadas
La reciente investigación de la OCU ha puesto sobre la mesa una realidad inquietante: muchos de los productos cárnicos que consumimos habitualmente, especialmente aquellos que se comercializan como «jugosos» o «tiernos», esconden una práctica cuestionable. Según el informe, estas carnes contienen una cantidad considerable de agua añadida, que se mantiene en el producto mediante el uso de diversos aditivos, incluyendo sal, azúcar y estabilizantes.
Esta práctica no solo diluye el valor nutricional del producto, sino que también representa un engaño económico para el consumidor. Los expertos de la OCU han identificado que esta práctica es particularmente común en productos preparados al ajillo, marinados y adobados, donde el contenido de agua puede alcanzar niveles sorprendentemente altos.