En el barrio de Waterthorpe, en Sheffield, Inglaterra, un árbol de 25 años se ha convertido en un símbolo de división, testarudez y, sorprendentemente, una atracción turística. Lo que comenzó como una disputa vecinal por los inconvenientes causados por las aves que anidaban en el árbol, terminó con un abeto cortado verticalmente a la mitad, un conflicto sin resolver y un curioso fenómeno viral que atrae visitantes de todas partes.
3Un monumento a la intransigencia
A pesar de su fama, la división entre las familias persiste. Los Mistry lamentan diariamente la pérdida de su querido abeto, mientras que los Lee no muestran arrepentimiento por la drástica medida tomada. Para los residentes de Waterthorpe, el árbol se ha convertido en un recordatorio permanente de cómo pequeños conflictos pueden escalar hasta puntos insospecchados.
Mientras tanto, el abeto sigue siendo un atractivo para quienes desean tomar fotos o simplemente contemplar la imagen surrealista de un árbol dividido en dos. Como dijo una vecina: “Es difícil creer que dos vecinos que alguna vez se llevaban bien terminaran así, y todo por un árbol”.
Este singular caso no solo refleja las tensiones cotidianas de la convivencia vecinal, sino también cómo lo extraordinario puede surgir de lo más común. El abeto partido se ha convertido en un recordatorio involuntario de la falta de conciliación y una curiosidad que seguirá dando de qué hablar.