El registro laboral con papel y boli está a punto de quedar obsoleto en España. El Ministerio de Trabajo ha anunciado una nueva normativa que obligará a las empresas a digitalizar los registros de jornada laboral a partir del 2025. Este cambio busca garantizar mayor transparencia, eficiencia y control por parte de la Inspección de Trabajo. Aunque algunos sectores aplauden esta medida, otros advierten sobre los retos que implicará su implementación. A continuación te contaremos cuáles son los pro y las contras de esta modificación.
5Los retos de la transición digital
Aunque la digitalización del fichaje laboral ofrece numerosos beneficios, no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la resistencia al cambio, especialmente en sectores tradicionales donde el uso de tecnologías avanzadas no es común.
Además, las pequeñas y medianas empresas podrían enfrentar dificultades económicas para implementar el software necesario. Aunque el Gobierno ha prometido apoyo técnico y financiero, muchas pymes temen que los costos iniciales sean demasiado elevados.
Otro desafío importante es garantizar la seguridad de los datos. Al centralizar la información de los trabajadores en sistemas digitales, las empresas deberán cumplir con estrictas normativas de protección de datos para evitar posibles vulneraciones.
Por último, el éxito de esta medida dependerá en gran parte de la formación y concienciación de las empresas y los trabajadores. Será crucial implementar campañas informativas que expliquen los beneficios del sistema y cómo adaptarse a él de manera eficiente.