Gran Canaria esconde paisajes que parecen de otro mundo, y entre ellos destaca la Playa de Maspalomas. Este rincón mágico fusiona un inmenso desierto dorado con las cristalinas aguas del Atlántico, creando un entorno único que deslumbra a turistas y locales. Si buscas un destino que combine belleza natural, historia y aventura, Maspalomas es tu elección perfecta.
2El Faro de Maspalomas: un testigo centenario
En el extremo sur de la playa, el Faro de Maspalomas se alza como un emblema histórico. Esta estructura, que ha guiado a navegantes desde finales del siglo XIX, es un punto de referencia tanto para los marineros como para los turistas. El faro no solo ofrece una vista espectacular del océano, sino que también marca el inicio de un animado paseo marítimo.
Este paseo está lleno de vida, con una variada oferta de bares, restaurantes y tiendas. Aquí puedes disfrutar de una deliciosa comida con vistas al mar o simplemente pasear mientras el sol se pone, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados. La mezcla entre la serenidad del desierto y la energía de este punto de encuentro es uno de los encantos de Maspalomas.