Gran Canaria esconde paisajes que parecen de otro mundo, y entre ellos destaca la Playa de Maspalomas. Este rincón mágico fusiona un inmenso desierto dorado con las cristalinas aguas del Atlántico, creando un entorno único que deslumbra a turistas y locales. Si buscas un destino que combine belleza natural, historia y aventura, Maspalomas es tu elección perfecta.
1Un océano de dunas en constante cambio en Gran Canaria
La Playa de Maspalomas no es solo una playa; es un vasto desierto de dunas móviles que se extiende a lo largo de 400 hectáreas. Estos montículos de arena, moldeados por los vientos alisios, cambian de forma constantemente, ofreciendo un espectáculo visual diferente cada día. Caminar por este mar dorado es como adentrarse en un oasis de tranquilidad, con el sonido del viento como única compañía. No es raro perderse en su inmensidad y sentir que estás en un rincón remoto del planeta.
Además, la biodiversidad aquí es sorprendente. Las dunas albergan una fauna y flora endémica que se ha adaptado a este ecosistema único. Uno de los puntos más destacados es la Charca de Maspalomas, un pequeño lago que se convierte en refugio para aves migratorias, ideal para los amantes de la observación de fauna.
