La temperatura mínima a la que tienes que poner la calefacción, según la OMS

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Con la llegada del frío, establecer un equilibrio entre comodidad, salud y economía en el uso de la calefacción se convierte en una prioridad. El aumento de los precios energéticos ha intensificado la necesidad de encontrar la temperatura mínima adecuada para mantener un hogar cálido sin que las facturas se disparen. Aunque la percepción de confort varía según las personas y las regiones, existen recomendaciones de organismos internacionales y estudios que ayudan a identificar los rangos óptimos para proteger la salud y disfrutar de un invierno acogedor. A continuación te contaremos cuál es la temperatura mínima a la que tienes que poner la calefacción, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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Los riesgos de un uso excesivo de la calefacción

Los riesgos de un uso excesivo de la calefacción

Aunque puede resultar tentador mantener el hogar constantemente cálido durante los días más fríos, un exceso de calefacción puede traer consecuencias negativas. Cuando la temperatura supera los 23°C de forma habitual, el aire se seca, lo que puede provocar problemas como irritación ocular, resequedad en la piel y molestias en las vías respiratorias.

Además, un ambiente demasiado cálido puede crear una sensación de letargo, lo que desincentiva la actividad física y puede afectar el bienestar general. También aumenta el riesgo de sobrecalentamiento en el cuerpo durante la noche, lo que puede interrumpir el sueño.

Desde una perspectiva económica, mantener temperaturas elevadas incrementa significativamente las facturas energéticas. En momentos de crisis energética, este aumento puede ser difícil de asumir para muchas familias. Por lo tanto, encontrar un equilibrio entre confort y eficiencia es esencial para evitar gastos innecesarios y promover un estilo de vida saludable.

Otra desventaja de la calefacción excesiva es la disminución de la calidad del aire interior. El aire seco y caliente puede favorecer la proliferación de partículas de polvo y alérgenos, lo que puede ser especialmente problemático para personas con asma o alergias. Por ello, es importante combinar el uso de la calefacción con una adecuada ventilación y sistemas de purificación del aire.