El 10 de diciembre RTVE Play (la plataforma de Televisión Española) estrenará La última noche de Sonia Martínez, un documental de producción propia en el que redescubre la figura de la que fuera famosa presentadora infantil en los 80 caída en desgracia en los 90.
El 4 de septiembre de 1994 con treinta años el SIDA acaba con la vida de la joven actriz. La noticia generó un gran impacto en la sociedad española. El desconocimiento sobre el VIH y el SIDA había creado leyendas urbanas y mucha desinformación que llevaba a la estigmatización.
El caso de Sonia Martínez era el de caída en desgracia casi seguida en directo por los medios de comunicación. Llevaba por ejercicio de sinceridad sorprendente, o por la necesidad más extenuante, que todo pudo ser, Martínez fue la primera famosa en confesar en cámaras que se pinchaba heroína y que tenía el virus del SIDA. Fue en el matinal de Pepe Navarro en Televisión Española.
Otras de sus intervenciones hoy no pasarían el filtro de lo políticamente correcto, como aquella en la que, junto a Isabel Gemio, en 3×4, acusó de los males de los drogadictos a la etnia gitana que aseguraba que eran los principales vendedores.
Para el momento de esas entrevistas, 1990, la joven aún se mostraba esperanzada de salir de sus adicciones. Pronto los buenos propósitos se trocaron en pérdida de horizonte de futuro. La enfermedad de la actriz en esos años era una sentencia de muerte. Hoy el panorama es, afortunadamente muy distinto.
SONIA MARTÍNEZ Y EL ESTIGMA DEL SIDA
La Sonia de su última etapa (1990-1994) era en la que acudía a las recién creadas televisiones privadas para contar su situación y, al mismo tiempo, obtener dinero. Las puertas del cine y la televisión se le cerraron laboralmente. Eran los años en los que la prensa del corazón pagaba, tanto en tele como en revistas, importantes sumas. La imagen de Sonia era la de una mujer que había perdido la esperanza a pesar de la alegría que supuso tener una hija, Yaiza en 1991.
Meses antes de fallecer tuvo la oportunidad de volver al cine con la película Dame fuego que apenas tuvo repercusión. Sin embargo, en esos años la sospecha del SIDA, aparte de una condena de muerte, era también el fin de una vida civil. En el mundo del cine el rumor de que también tenían la enfermedad Amparo Muñoz y Miguel Bosé, les generó muchos problemas.
La historia de la primera, que en algunos aspectos recuerda a la de Sonia, también fue la de un auge y caída. Amparo confesó sus problemas con la heroína muchos años después, cuando ya los había superado. Sonia fue la primera en confesar que era heroinómana en el monto de estar engancha. Algo insólito.
EL DESPIDO DE SONIA MARTÍNEZ, EL ORIGEN DEL FIN
La fecha de cero de su caída para muchos tiene un punto de partida de claro: su despido de TVE. Sonia se hizo famosa de adolescente al ponerse al frente del programa 3,2,1… Contacto y luego de Dabadabadá, donde sustituyó a Mayra Gómez Kemp. Era el programa infantil más popular del momento. Luego llegó En la naturaleza.
Su éxito como presentadora le abrió incluso las puertas del cine debutando en Epílogo a las órdenes de Gonzalo Suárez y junto a dos monstruos de la interpretación como José Sacristán y Francisco Rabal y llegando a participar en un clásico del cine kinki como Perras callejeras.
Sin embargo, las fotos de la joven tomando el sol sin la parte superior del bikini en Ibiza publicadas por Interviú, supusieron todo un cataclismo para ella. RTVE decidió prescindir de sus servicios alegando problemas de imagen. El caso llegó incluso al Congreso de los Diputados.
El quedarse sin trabajo de la noche a la mañana coincidió con una depresión por la muerte de su madre. Su inicio con las drogas, en un principio como un coqueteo, devino un problema que, a la larga, acabaría con su vida.
La justicia daría la razón a la joven. Su despido era improcedente. Así lo afirmó una sentencia del Tribunal Supremo. La actriz hubo de ser readmitida. Iba a ser la sustituta de Alaska en La bola de cristal. Sin embargo, el programa de Lolo Rico estaba sentenciado por otros motivos. Pilar Miró creía que los irreverentes electroduendes no iban boem para una reluciente socioaldemocracia.
Ahora, TVE retoma la historia de Sonia Martínez y hace justicia a su pasado. Una joven de apenas treinta años que fue la favorita de los niños de los 80 y acabó en los noventa con treinta años siendo el reflejo de toda una generación perdida por las drogas.