En el mundo hay más de 50 conflictos armados activos en la actualidad, la cantidad más alta de los últimos 100 años. Uno de ellos es el de Sudán, que ahora cumple 20 meses de guerra prácticamente en el olvido. A pesar de que se trata hoy de la mayor catástrofe humana del planeta, nadie parece querer mirar hacia este gigantesco país africano en el que un conflicto por el poder entre el Ejército y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) está arrasando todo.
Para poner en valor la terrible situación que vivimos, hay que comentar que por este enfrentamiento más de 11 millones de personas han dejado sus casas y la mitad de sus 48 millones de habitantes sufren problemas de alimentación. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras viven el día a día en los hospitales de la zona y en los campos de refugiados de los países vecinos, relatando con horror que han tenido que atender a casi medio millón de personas en unas condiciones bastante precarias.
Unos campos de refugiados situados en países también bastante pobres y con pocas cosas que ofrecer como Chad, Etiopía, Egipto, Libia o Eritrea. Alguno de esos refugiados que llegan a estos campamentos, en su mayoría mujeres, ancianos y niños, recorren durante semanas regiones desérticas a pie para alcanzar estas zonas seguras, a pesar de las carencias que tienen.
CRONOLOGÍA DE UN DESASTRE HUMANITARIO
Un camino que suele estar marcado por la falta de comida, agua, violencia, inseguridad y miedo y que muchas veces acaba en muerte por parte de los refugiados. La guerra de Sudán está siendo una guerra cruenta en la que la población civil es objetivo sin ningún tipo de pudor. En este sentido, los civiles sufren una guerra que no es suya, que no han causado y de la que no tienen un bando.
La situación dramática que se vive en el país africano es rara y si cronología todavía más. Una Guerra que se desencadena en la primavera de 2023, pero tiene su origen en el 2021. Tras la caída del dictador que gobernó el país durante 30 años, Omar al Bashir, que fue depuesto y arrestado en el 2019. Después de aquel hecho se abrió un proceso democrático que fue acogido con esperanza por la comunidad internacional y la propia población sudanesa.
Un proceso que duró poco y que empezó a truncarse en el año 2021, dos años después del inicio, cuando los militares lo finiquitaron por desconfianza una posible apertura democrática. En 2023, esos mismos militares comenzaron un enfrentamiento entre ellos, en dos facciones, que todavía continúa y que ha dejado más de 80.000 muertos, según los cálculos más aproximados que hay realizados por autoridades y entidades británicas.
Unos datos que están disparados en la región de Dafour y la capital, Jartum. En esta última ciudad se calculan que cerca de 25.000 personas han perdido la vida en los enfrentamientos y el hambre, la sed y las enfermedades. Unos males que la guerra ha traído a la ya de por si debilitada población de Sudán. Un dato aterrador entre todos. Cerca del 20% de los heridos en las acciones militares es menor de 15 años, algo que demuestra a las claras la crueldad del conflicto que no respeta el derecho internacional, ni la Convención de Ginebra. Realmente en Sudán no es está a salvo nadie como indican desde Médicos sin Fronteras.
UNA GUERRA FUERA DE FOCO
Y a pesar de todo esto, es una guerra fuera del foco internacional, donde las muertes, las masacres y la limpieza étnica de la población, como por ejemplo como la que se vive en la zona de Dafour, no parece importar a nadie lo más mínimo. Todo ello, a pesar de la intervención de otros países extranjeros y potencias regionales que apoyan a uno u otro mando, según sus intereses en el país.
Un conflicto difícil de contar que apenas recibe información de la zona. Y donde no se tienen imágenes, ni información de la situación de los frentes de combate. Algo que dificultad saber como es la situación de la guerra. La nula presencia de periodistas y la poca información, ya sesgada, ayudan a dejar en el olvido al mayor conflicto abierto en el momento en todo el mundo.
Los datos son aterradores, según la ONU 25 millones de habitantes de Sudán se encuentran en riesgo de pobreza extrema. Por otro lado, Médicos sin Fronteras calcula que la cifra de heridos supera en la actualidad la de los 500.00. Unos heridos que son atendidos en condiciones bastante malas debido a la escasez de material médico y bienes básicos para subsistir. La escasez es total y va en aumento.
Los actores involucrados en el conflicto, aprovechando el nulo interés que esta guerra ha causado fuera de las fronteras de Sudán, solo piensan en la victoria militar, no hay ninguna intención de negociar. Solo la idea de destruir al enemigo. La guerra será larga y el sufrimiento tremendo.