El Everest, la montaña más alta del mundo, no solo es un hito imponente para los montañistas, sino también un fenómeno geológico fascinante. Cada año, la cima del Everest crece aproximadamente 2 milímetros, un hecho que ha intrigado a científicos durante décadas. Recientemente, un estudio reveló la sorprendente razón detrás de este crecimiento continuo: un proceso llamado rebote isostático, impulsado por la erosión de un río cercano.
3Una evolución geológica constante y medible
Gracias a instrumentos GPS avanzados, los científicos han confirmado que el Everest crece aproximadamente 2 milímetros al año. Además, modelos numéricos han demostrado que este proceso comenzó hace unos 89.000 años, cuando el río Arun capturó el curso de otro río en un evento conocido como piratería de drenaje. Esta captura provocó un aumento de la erosión que profundizó el desfiladero y, a su vez, aceleró el levantamiento del Everest y su entorno.
En resumen, el Everest sigue creciendo porque la naturaleza nunca se detiene. La interacción entre los ríos, la erosión y las fuerzas geológicas demuestra que incluso las montañas más estables están en constante cambio.