El Everest, la montaña más alta del mundo, no solo es un hito imponente para los montañistas, sino también un fenómeno geológico fascinante. Cada año, la cima del Everest crece aproximadamente 2 milímetros, un hecho que ha intrigado a científicos durante décadas. Recientemente, un estudio reveló la sorprendente razón detrás de este crecimiento continuo: un proceso llamado rebote isostático, impulsado por la erosión de un río cercano.
2El rebote isostático: cuando la tierra “flota” hacia arriba
El rebote isostático es el mecanismo que explica este crecimiento. Al reducirse la presión sobre la corteza terrestre por la erosión, la tierra se flexiona hacia arriba para compensar la pérdida de peso. Es como si el Everest «flotara» en respuesta a la presión ejercida desde el manto terrestre. Este fenómeno no solo afecta al Everest, sino también a picos cercanos como el Lhotse y el Makalu, que también experimentan un crecimiento anual, aunque en menor medida.