El Everest, la montaña más alta del mundo, no solo es un hito imponente para los montañistas, sino también un fenómeno geológico fascinante. Cada año, la cima del Everest crece aproximadamente 2 milímetros, un hecho que ha intrigado a científicos durante décadas. Recientemente, un estudio reveló la sorprendente razón detrás de este crecimiento continuo: un proceso llamado rebote isostático, impulsado por la erosión de un río cercano.
1El papel del río Arun en la elevación del Everest
La clave del crecimiento del Everest radica en el río Arun, que fluye a unos 75 kilómetros al este de la montaña. Durante milenios, este río ha erosionado el terreno a su paso, excavando un profundo desfiladero. Esta erosión ha eliminado grandes cantidades de tierra y rocas, generando una pérdida de masa que desencadena un fenómeno sorprendente: la corteza terrestre, al perder peso, comienza a levantarse. Este proceso es lento, pero constante, y ha elevado la montaña entre 15 y 50 metros en los últimos 89.000 años.