Con la muerte el pasado jueves de Silvia Pinal se iba la última gran diva de la era dorada del cine mexicano. Unos años en los que los estudios aztecas llegaron a competir en glamour y magnificencia con los italianos. Mientras en Europa reinaban Sofía Loren, Gina Lollobrigida y Claudia Cardinale, en el país norteamericano lo hacían Sara Montiel, María Félix y Silvia Pinal. La única superviviente era la Pinal.
Aunque sin duda sobrevivie en la memoria colectiva por su papel como musa de Luis Buñuel, sobre todo en la inolvidable Viridiana (1961), la Pinal era toda una celebridad que supo pasar le Edad Dorada del cine mexciano al triunfo de las telenovelas y los formatos de teleralidad. Además, durante décadas fue una celebridad y sus vínculos contras figuras del espectáculo en América la llevaron a formar toda una dinastía de la farándula.
Empezó su carrera a finales de los años 40 haciendo de joven inocente y de acompañante en algunas comedias de Cantinflas. Eran los años de los grandes melodramas y los músicales rancheros con ídolos como Pedro Infante que llenaban los cines de los países de habla hispana.
UNA CARRERA INTERNACIONAL MÁS ALLÁ DE BUÑUEL
Su éxito en el cine mexicano le llevó a ser la última musa de Buñuel en el país azteca y a dar el salto al cine europeo, tanto en España como Italia donde rodó varias cintas. También tuvo su momento en Hollywood con películas como Shark (1967) junto a Burt Reynolds. Ella siempre recordó con cariño su película española Maribel y la extraña familia (1960) sobre la obra de Miguel Mihura, autor que representó en su país, igual que a Alfonso Paso.
Tras protagonizar un desnudo integral en 1977 en Divinas Palabras sobre la obra de Valle-Inclán y protagonizar alguna comedia con doble sentido (el conocido como cine de ficheras) decidió dar el salto a televisión en la época de gran éxito de Televisa. Su programa Mujer, casos de la vida real se mantuvo décadas en pantalla.
MARIDOS, HIJOS Y AMANTES
Durante años también su vida sentimental y familiara ha acaparado la atención de los medios de comunicación. Su primer esposo fue el actor y empresario teatral, Rafael Banquells, padre de su hija Silvia Pasquel que a su vez es madre de Stephanie Salas, que tuvo como fruto de su relación con Luis Miguel a Danielle. La relación familiar no fue sencilla ya que durante unos años ‘el sol de México’ no ejerció como padre de la joven.
Con su segundo marido, el productor de cine Gustavo Alatriste, que produjo películas de Buñuel para ella, a la malograda Viridiana Alatriste. Luego se unió con el cantante pop Enrique Guzmán, todo un ídolo en los sesenta. Ella era mayor que él lo que en la sociedad mexicano de entonces fue muy comentado. Además, ella venía de un cine clásico y él representaba un cine musicial más juvenil. Gracias a su unión Silvia transitó también al cine pop de los primeros setenta. Fruto de este matirmonio nació la cantante de rock Alejandra Guzmán.
No acabó aquí su vida matrimonial. Luego llegó a su vida un político: senador Tulio Hernández. La política entró en su cida de manera directa y ella misma llegó a ser diputada en el Parlamento mexicano.
Más allá de sus matrimonios vivió también relaciones sentimentales con figuras como Pedro Infante o el empresario Emilio Azcárraga, el gran empresario de la comunicación en habla hispana. Creador del todopoderoso conglomerado Televisa y conocido como ‘El Tigre’. Según confesaría en sus memorias su amor se vivió en dos etapas distintas y mantuvieron las amistad durante años.
De Cantinflas a Luis Miguel, de Buñuel a Azcárraga. Los casi 100 años de Silvia Pinal son indisolubles de la historia hispanoamericana.