María Guardiola ha estado muy activa últimamente en sus redes sociales, al tiempo de que su padre, Pep Guardiola, vive un auténtico infierno con el Manchester City. A pesar de que hace pocos días extendió su contrato con los citizens hasta 2027, a nivel deportivo los resultados no se están dando para los ingleses, lo cual ha encendido las alarmas en toda la directiva.
El equipo de la Premier League viene de un empate 3-3 ante el Feyenoord, pero a esto hay que sumarle derrotas muy dolorosas en el torneo local que han colocado a la plantilla en uno de sus peores momentos.
Guardiola trata de sacar la cara por el club en medio de la crisis. Sin embargo, es evidente el alto nivel de frustración que vive en estos momentos. Además de la presión de tener que guiar un conjunto top que siempre está acostumbrado a estar entre los primeros lugares.
Este año las cosas no han salido como tenían planeado, e incluso en Champions, a falta de tres jornadas para que se acabe la fase de grupos, están ubicados en el puesto número 17, lo cual les da acceso a la fase de eliminación y no a la siguiente ronda de manera directa.
Es cierto que hay chances de mejorar, pero la preocupación del entrenador nativo de Sampedor es tal ya que tiene que cambiar el chip cuanto antes, porque se viene la parte más dura de la campaña.
2Desgaste emocional y el rostro de la frustración
Cabe destacar que el empate en Rotterdam dejó a los jugadores de Guardiola al borde del nocaut, pero fue el propio técnico quien se convirtió en el principal foco de atención.
La angustia en su rostro era de película, con gestos de desesperación, manos en la cabeza y una expresión de incredulidad que no pudieron esconder durante los 90 minutos.
Al final del partido, cuando Guardiola fue a hablar con los medios de comunicación, las marcas de agotamiento físico y emocional en su rostro hablaron por sí solas.