La DANA ha dejado una huella devastadora en los autónomos con local comercial, especialmente en aquellos que vieron cómo sus negocios quedaban sumidos bajo el agua. Un reciente sondeo realizado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) revela que uno de cada cuatro autónomos afectados por esta catástrofe no podrá reabrir su negocio. La magnitud de la pérdida no solo ha afectado a la infraestructura, sino también a la estabilidad económica de muchos de estos trabajadores, quienes ahora enfrentan la difícil decisión de no volver a levantar las persianas de sus establecimientos.
A pesar de las ayudas puestas en marcha por el Gobierno, los autónomos consideran que las medidas son claramente insuficientes. Lorenzo Amor, presidente de ATA, subraya que este no es un problema de circulante, como ocurrió con la pandemia del COVID, sino un problema de capital: «Se ha perdido todo». La falta de recursos para reactivar sus negocios está dejando a muchos autónomos sin opciones, pues las ayudas directas, que oscilan entre 5.000 y 150.000 euros, no cubren ni la mitad de las pérdidas que han sufrido. Además, muchos rechazan los créditos ICO debido a que aún están devolviendo los solicitados durante la crisis sanitaria.
A esta situación se suman los obstáculos administrativos que dejan fuera de las ayudas a varios colectivos de autónomos, como aquellos que no han presentado la declaración de la renta de 2023 o los nuevos autónomos con tarifa plana. Esta exclusión está ampliando la brecha entre los autónomos que reciben apoyo y aquellos que, a pesar de estar igualmente afectados, no pueden acceder a la ayuda. En este contexto, muchos prefieren no recurrir al cese de actividad o a los ERTE hasta poder valorar la viabilidad futura de su negocio, lo que agrava aún más la incertidumbre y el sufrimiento económico de este sector.
El impacto económico de la DANA: un golpe letal para los autónomos con local comercial
La DANA ha golpeado con fuerza a los autónomos que gestionan un negocio físico. Estos empresarios se enfrentan a la destrucción total de sus centros de trabajo, lo que significa una pérdida irreparable de capital. Los daños materiales son tan graves que muchos no podrán reabrir sus puertas. Según un sondeo realizado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), uno de cada cuatro autónomos no retomará su actividad, ya que no cuentan con los recursos necesarios para hacerlo. Las inundaciones han arrasado con inventarios, maquinaria y equipos esenciales para el funcionamiento de sus negocios, sumiendo a estos emprendedores en una situación de desesperación económica.
La magnitud de la destrucción sobrepasa las capacidades de las ayudas ofrecidas por el Gobierno. Las ayudas directas, aunque bien intencionadas, no cubren ni la mitad de las pérdidas sufridas por los autónomos, quienes han visto desaparecer todo lo que habían construido. Además, las medidas, como los créditos ICO, no resultan viables para aquellos que todavía están pagando la deuda contraída durante la crisis del COVID-19, lo que limita aún más su capacidad para reconstruir.
Ayudas insuficientes: los autónomos claman por un apoyo real para reactivar sus negocios
El Gobierno ha aprobado un paquete de medidas destinado a apoyar a los autónomos afectados por la DANA, que incluye una serie de ayudas extraordinarias, como la prestación por cese de actividad. Esta prestación permite a los autónomos que se han visto obligados a suspender su actividad acceder a un apoyo económico, incluso si no cumplen con el periodo mínimo de cotización. Además, se ha incluido una prestación extraordinaria por cese parcial que permite a los autónomos compatibilizar su actividad con la recepción de la ayuda durante tres meses, con un importe equivalente al 50% de su base de cotización. Sin embargo, los autónomos consideran que estas ayudas son insuficientes, ya que no cubren las pérdidas materiales ni los gastos de reconstrucción de sus negocios.
Aunque estas medidas ofrecen un alivio temporal, los autónomos afectados por la DANA afirman que las ayudas no son suficientes para cubrir ni la mitad de las pérdidas sufridas. Los daños ocasionados por las inundaciones van más allá de la falta de circulante: se trata de la destrucción de propiedades, inventarios y equipos esenciales para operar. Lorenzo Amor, presidente de la ATA, recalca que este no es un problema de liquidez como el que se vivió durante la pandemia, sino de capital, ya que muchos de los autónomos afectados lo han perdido todo. Por esta razón, los afectados claman por un apoyo real que no solo contemple ayudas económicas, sino también una estrategia integral para la recuperación de sus negocios.
Además de la insuficiencia de las ayudas, otro problema es el acceso limitado a ellas. Los autónomos que no cuentan con una sede fiscal en las zonas afectadas por la DANA o aquellos que no presentaron la declaración de la renta del año anterior quedan excluidos de la ayuda directa de 5.000 euros, lo que deja a un gran número de trabajadores por cuenta propia sin la posibilidad de acceder a un apoyo financiero inmediato. Esto genera aún más incertidumbre, ya que muchos de estos emprendedores se encuentran atrapados en una situación de vulnerabilidad, sin recursos suficientes para reactivar sus negocios y con la sensación de haber sido olvidados por las medidas gubernamentales.
Solo un 5% de los autónomos afectados por la DANA han solicitado ayudas
A pesar de que miles de autónomos han visto sus negocios gravemente afectados por la DANA, solo un 5% ha solicitado las ayudas aprobadas por el Gobierno para paliar los daños. Esta cifra refleja una clara reticencia a acceder a las prestaciones disponibles, ya que muchos empresarios no se sienten seguros de poder reactivar sus actividades en el futuro. La incertidumbre sobre el futuro de sus negocios está llevando a los afectados a dudar de si estas ayudas realmente les serán útiles o si las condiciones para solicitarlas pueden resultar contraproducentes.
Lorenzo Amor, ha señalado que, tras realizar un sondeo entre los autónomos damnificados, solo un pequeño porcentaje de ellos ha solicitado el cese de actividad o el ERTE, a pesar de que muchos se encuentran en una situación económica crítica. La falta de información clara sobre las ayudas y los posibles inconvenientes legales, como la obligación de reembolsar las cotizaciones si se despide a los empleados, está desanimando a muchos a presentar sus solicitudes.
Además, la exclusión de ciertos grupos, como los autónomos en Tarifa Plana, de las medidas de apoyo también ha agravado la situación. Estos trabajadores, que en su mayoría acaban de iniciar su actividad, no pueden acceder a las prestaciones por cese de actividad, lo que los deja aún más vulnerables. En este contexto, ATA ha pedido a la Seguridad Social que rectifique estas exclusiones, ya que son precisamente estos emprendedores los que más necesitan el apoyo del Gobierno para superar las consecuencias de la DANA.