La forma de funcionar del All Star cambiará para el próximo año
Revolución en el All Star. Cansada de los cada vez más evidentes shows sin esfuerzo de los jugadores en el partido de las estrellas y el creciente desencanto de los aficionados, a quienes ya no podía seguir engañando, la NBA implementará cambios significativos en el formato del próximo All Star, que se celebrará en San Francisco del 14 al 16 de febrero.
El fin de semana de las estrellas abandonará el desgastado formato del tradicional partido entre el Este y el Oeste para dar paso a un torneo que contará con cuatro equipos. En un formato innovador, similar al de la Copa del Rey, el torneo tendrá tres equipos compuestos por ocho jugadores cada uno, mientras que el cuarto equipo será el ganador del encuentro de las Rising Stars.
El cambio del All Star
El torneo contará con unas semifinales en las que el equipo ganador será el primero en alcanzar los 40 puntos, mientras que la final se jugará a 25 tantos. La NBA intentó, sin éxito, añadir más emoción al partido de las estrellas en 2023 al permitir que LeBron James y Giannis Antetokounmpo seleccionaran a los jugadores en una especie de draft previo al encuentro.
Sin embargo, la situación empeoró el año pasado cuando la NBA decidió regresar al formato clásico, ya que el Este derrotó al Oeste por un abultado 211-186, el marcador más alto jamás registrado en un All Star. El comisionado de la NBA, Adam Silver, expresó su frustración por la falta de esfuerzo de los jugadores e incluso sugirió la posibilidad de organizar un enfrentamiento entre Estados Unidos y el resto del mundo.
La arriesgada apuesta de los Estados Unidos
Sin embargo, aunque este formato podría haber generado más expectación, la propuesta era arriesgada para Estados Unidos, ya que existía el riesgo de perder prestigio, algo que estuvo a punto de suceder en los Juegos Olímpicos, cuando el Team USA enfrentó dificultades para ganar, incluso con su trío estelar formado por LeBron, Durant y Curry.
Stephen Curry ha sido uno de los jugadores clave en las conversaciones destinadas a mejorar la imagen del evento, un proceso en el que también han participado propietarios de equipos, ejecutivos, entrenadores y otros jugadores.