Chimezie Metu pone al Barcelona en un aprieto por su lesión
Tras confirmarse la baja por lesión de Chimezie Metu, un esguince de grado dos en el ligamento colateral de su rodilla izquierda, y que estará fuera entre seis y ocho semanas, el Barça se enfrenta a una situación complicada. A la ya extensa ausencia de Nico Laprovittola, también por una lesión de rodilla y que lo mantendrá fuera hasta final de temporada, se suma ahora la pérdida de Metu. Esto deja a la plantilla del primer equipo reducida a tan solo 12 jugadores disponibles.
Al completarse el primer cuarto de la temporada, el equipo azulgrana se enfrenta a dos meses de altísima exigencia, con una veintena de partidos que Chimezie Metu se perderá. Entre estos encuentros se encuentran dos clásicos y otros de máximo nivel en la Euroliga, como los enfrentamientos contra Panathinaikos y Fenerbahçe. El mes de diciembre, que la temporada pasada resultó especialmente complicado, está en el horizonte, y aunque está claro que la rotación deberá ampliarse, al igual que se ha hecho en el juego exterior con la baja de Nico Laprovittola, el Barça también debe tener presente el riesgo de la fatiga y el cansancio, factores que el año anterior afectaron al equipo durante la disputa de los títulos y que terminaron con una temporada en blanco.
La ausencia de Metu complica las cosas en el Barcelona
La búsqueda de un posible sustituto para Nico Laprovittola ya presentaba diversos obstáculos que complicaban la operación, y ahora, en relación con un reemplazo para Chimezie Metu, la situación no parece mucho más optimista. A pesar de los esfuerzos por encontrar refuerzos, el Barça sigue lidiando con el mismo problema: las dos plazas de jugadores extracomunitarios ya están ocupadas por Justin Anderson y Jabari Parker. Esta circunstancia limita las opciones del club, ya que la incorporación de un interior que no sea comunitario obligaría a tomar decisiones complicadas en cuanto a las convocatorias.
En este escenario, el club se vería forzado a excluir a uno de los jugadores extracomunitarios actuales para poder contar con un nuevo fichaje en la pintura. Esta situación añade una capa de complejidad a la estrategia de fichajes, especialmente en un momento de la temporada en que las rotaciones y la gestión del plantel son cruciales para afrontar los compromisos de la Liga Endesa y la Euroliga. Así, el Barça se enfrenta a un dilema en el que deberá evaluar cuidadosamente las opciones disponibles y sus implicaciones para el equilibrio del equipo.
Una incorporación temporal
Más allá de la conocida limitación de las plazas de extracomunitarios, hay otro factor lógico a considerar. En el peor de los casos, Metu estará fuera durante dos meses. Cuando se recupere, Joan Peñarroya tendrá a su disposición un total de cinco interiores, sumando a Jabari Parker, Jan Vesely, Willy Hernangómez y Youssoupha Fall. En este contexto, lo más sensato sería pensar en una incorporación temporal para cubrir la baja, lo que hace complicado que el Barça apueste por fichar a un jugador con contrato vigente, sabiendo que a finales de enero podría quedar libre y con la incertidumbre de si continuará la temporada en otro equipo.
Lo más razonable sería priorizar la seguridad de un contrato hasta el final de la campaña en la mayoría de los casos. Sin embargo, una alternativa sería que el Barça optara por incorporar a un interior hasta el final de la temporada o incluso le ofreciera un contrato multianual. Aunque esta opción existe, a día de hoy parece poco probable, dada la situación actual del club y los factores que limitan su capacidad de maniobra en el mercado.