Dos de cada cinco contratos temporales en España duran menos de una semana

El mercado laboral español continúa mostrando signos de precariedad, con un aumento de los contratos temporales de muy corta duración y una preocupante tasa de paro de larga duración, especialmente entre las mujeres, según un informe de USO sobre el mercado laboral difundido este martes.

La temporalidad sigue siendo una de las principales lacras del mercado laboral en España. En octubre de 2024 (datos provisionales), dos de cada cinco contratos temporales tuvieron una duración inferior a una semana, y casi seis de cada diez (el 58,4%) no llegaron al mes. Esta tendencia hacia la contratación precaria tiene consecuencias negativas tanto para los trabajadores como para la economía en general. Los contratos de corta duración implican menores cotizaciones a la Seguridad Social, lo que se traduce en salarios reducidos, prestaciones por desempleo más bajas y pensiones futuras más precarias.

Si bien la duración media de los contratos en octubre aumentó en un día con respecto a 2023, alcanzando los 48 días, esta cifra sigue siendo nueve días inferior a la de 2021. Esta comparativa interanual revela la necesidad de medidas contundentes para revertir la precarización del empleo. El aumento en el número total de contratos formalizados en octubre (1.527.007), un 9% más que en el mismo mes de 2023, no debe interpretarse como una mejora significativa, ya que la contratación indefinida se está resintiendo. De hecho, ha descendido con respecto a los valores alcanzados en 2022, tras la entrada en vigor de la reforma laboral, cuando representaba el 45% del total de contratos.

La precariedad laboral se ve agravada por el auge de los contratos a tiempo parcial y de los fijos discontinuos. En octubre, solo el 17,4% de los contratos fueron indefinidos a tiempo completo. El incremento de los fijos discontinuos, con 97.210 contratos más que el año anterior, alcanzando un total de 709.978, supone un aumento interanual del 15,9% respecto a 2023 y un 30,2% en comparación con 2021. Este tipo de contrato, si bien ofrece cierta estabilidad teórica, a menudo encubre una situación de precariedad real, con periodos de inactividad sin remuneración y una dificultad añadida para acceder a prestaciones sociales.

El desempleo de larga duración, un desafío urgente

Otro aspecto preocupante del panorama laboral español es la alta tasa de desempleo de larga duración. Casi la mitad de los parados registrados (45,9%) llevan más de un año buscando empleo, y un 30,2% supera los dos años en esta situación. Este dato refleja las dificultades de reinserción laboral y la necesidad de políticas activas de empleo más eficaces.

Las mujeres se ven especialmente afectadas por este problema, ya que una de cada dos mujeres en paro lleva más de un año inscrita en los servicios de empleo, casi el doble que la tasa de los hombres en la misma situación. Esta brecha de género en el desempleo de larga duración pone de manifiesto la necesidad de políticas específicas que aborden las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres en el mercado laboral.