En la búsqueda del sistema de calefacción más eficiente y económico, se plantean múltiples opciones que varían en costes, eficiencia energética y adaptabilidad a diferentes viviendas. Desde las clásicas calderas de gas y gasóleo hasta los radiadores eléctricos y estufas de butano o parafina, cada alternativa tiene ventajas e inconvenientes según las necesidades de los hogares. En este artículo analizaremos en detalle los principales sistemas de calefacción, con datos clave para que puedas decidir cuál es la mejor opción para mantener tu hogar cálido este invierno.
2Radiadores eléctricos: accesibles pero menos eficientes
Los radiadores eléctricos representan una opción sencilla y de fácil instalación. Funcionan mediante el paso de corriente eléctrica a través de resistencias, lo que genera calor rápidamente. Sin embargo, su eficiencia energética es significativamente menor en comparación con otros sistemas de calefacción, lo que los convierte en una opción más costosa a largo plazo.
Para una vivienda de 90 metros cuadrados, el gasto anual con radiadores eléctricos clásicos puede alcanzar los 1.174 euros, mientras que los acumuladores, que almacenan calor durante las horas de tarifa reducida, presentan un coste ligeramente inferior de 1.067 euros al año. Aunque son prácticos para segundas viviendas o sistemas auxiliares, no ofrecen el mismo nivel de confort en espacios grandes.
Entre las variantes más avanzadas se encuentran los radiadores de aceite y los de fluidos de alta inercia térmica. Estos modelos mejoran la capacidad calorífica y prolongan el tiempo de emisión de calor, pero su eficiencia apenas incrementa un 30%, lo que sigue dejando su coste anual en niveles elevados.