En la búsqueda del sistema de calefacción más eficiente y económico, se plantean múltiples opciones que varían en costes, eficiencia energética y adaptabilidad a diferentes viviendas. Desde las clásicas calderas de gas y gasóleo hasta los radiadores eléctricos y estufas de butano o parafina, cada alternativa tiene ventajas e inconvenientes según las necesidades de los hogares. En este artículo analizaremos en detalle los principales sistemas de calefacción, con datos clave para que puedas decidir cuál es la mejor opción para mantener tu hogar cálido este invierno.
1Calderas de gas: la opción más común
Las calderas de gas son uno de los sistemas de calefacción más populares en España, con cerca del 35% de los hogares dependiendo de ellas. Existen dos tipos principales: las calderas de gas convencionales y las de condensación. Estas últimas destacan por su alta eficiencia, llegando a un rendimiento de hasta el 110%, gracias a su capacidad para aprovechar el calor residual de los gases de combustión.
El coste anual de una caldera de gas de condensación ronda los 308 euros para una vivienda de 90 metros cuadrados en una región fría. Este valor puede variar dependiendo del precio del gas, que ha experimentado fluctuaciones significativas en los últimos años. Sin embargo, estas calderas requieren de una instalación compleja y el acceso a un suministro de gas canalizado, lo que puede incrementar los costes iniciales.
Por otro lado, las calderas de gasóleo son una alternativa en declive, pero aún presente en muchas viviendas aisladas sin acceso a gas natural. Aunque rápidas y duraderas, su uso implica un coste elevado, llegando a los 932 euros anuales, y genera un impacto ambiental mayor debido a sus emisiones contaminantes.