Sí, las gambas tienen el corazón en la cabeza

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Las gambas, tan comunes en nuestras mesas, son mucho más interesantes de lo que solemos imaginar. A simple vista, parecen simples crustáceos de pequeño tamaño, perfectos para una parrillada o una paella, pero en realidad esconden características sorprendentes en su anatomía. 

Una de las curiosidades más impactantes sobre ellas es que, ¡sí, las gambas tienen el corazón en la cabeza! Este peculiar detalle las convierte en criaturas únicas entre los invertebrados marinos, y hoy te contaremos por qué esta estructura tiene mucho sentido para ellas. Vamos a adentrarnos en el mundo de estos curiosos seres y descubrir cómo la naturaleza les ha dotado de una anatomía que es tan sorprendente como útil.

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El aparato digestivo de las gambas: un recorrido corto pero eficaz

crustáceos

El sistema digestivo de las gambas es relativamente simple. La comida ingresa por la boca, ubicada también en la cabeza, y es triturada por una serie de piezas bucales especializadas antes de pasar al estómago. Este estómago es algo peculiar: las gambas tienen un «molino gástrico», una estructura dentro de su estómago que les permite moler y triturar los alimentos para facilitar la digestión. Este sistema eficiente les permite descomponer su comida de forma rápida, asegurando una absorción de nutrientes adecuada.

Una vez que los alimentos son procesados en el estómago, los nutrientes se distribuyen por todo el cuerpo mediante la hemolinfa. Al tener un sistema digestivo relativamente corto, las gambas pueden consumir grandes cantidades de alimentos en poco tiempo y digerirlos rápidamente, lo que les permite obtener la energía necesaria para nadar, crecer y escapar de posibles amenazas.