Las gambas, tan comunes en nuestras mesas, son mucho más interesantes de lo que solemos imaginar. A simple vista, parecen simples crustáceos de pequeño tamaño, perfectos para una parrillada o una paella, pero en realidad esconden características sorprendentes en su anatomía.
Una de las curiosidades más impactantes sobre ellas es que, ¡sí, las gambas tienen el corazón en la cabeza! Este peculiar detalle las convierte en criaturas únicas entre los invertebrados marinos, y hoy te contaremos por qué esta estructura tiene mucho sentido para ellas. Vamos a adentrarnos en el mundo de estos curiosos seres y descubrir cómo la naturaleza les ha dotado de una anatomía que es tan sorprendente como útil.
3La cabeza, el centro de operaciones y, sí, ¡también el corazón!
En el cuerpo de las gambas, la cabeza ocupa un papel fundamental. A diferencia de otros animales, en los cuales el corazón se encuentra en el torso o abdomen, en estos crustáceos la cabeza alberga no solo los órganos sensoriales, como los ojos y las antenas, sino también su corazón. ¿Por qué el corazón está ubicado en esta parte? La respuesta está en la eficiencia: en las gambas, la cabeza es el centro neurálgico de todas las funciones vitales, y tener el corazón en esta área permite una circulación más eficiente de la sangre, o mejor dicho, de la hemolinfa, que transporta nutrientes y oxígeno por todo el cuerpo.
Además de albergar el corazón, la cabeza de la gamba está protegida por una extensión del exoesqueleto conocida como caparazón. Esta capa de protección extra resulta esencial para la supervivencia de estos crustáceos, ya que el corazón es un órgano particularmente vulnerable. La naturaleza ha diseñado a las gambas de tal forma que todos sus órganos esenciales estén resguardados en una sola sección, maximizando la protección y asegurando que el organismo funcione de manera óptima.