Las gambas, tan comunes en nuestras mesas, son mucho más interesantes de lo que solemos imaginar. A simple vista, parecen simples crustáceos de pequeño tamaño, perfectos para una parrillada o una paella, pero en realidad esconden características sorprendentes en su anatomía.
Una de las curiosidades más impactantes sobre ellas es que, ¡sí, las gambas tienen el corazón en la cabeza! Este peculiar detalle las convierte en criaturas únicas entre los invertebrados marinos, y hoy te contaremos por qué esta estructura tiene mucho sentido para ellas. Vamos a adentrarnos en el mundo de estos curiosos seres y descubrir cómo la naturaleza les ha dotado de una anatomía que es tan sorprendente como útil.
1Las gambas, diferentes a todos los crustáceos
Las gambas, junto a otros crustáceos como langostinos y camarones, forman parte de la familia de los decápodos. Estos animales acuáticos comparten varias características, como su exoesqueleto duro y su distribución orgánica.
Pero lo que hace que las gambas se diferencien del resto es su particular organización interna: su corazón está situado en la cabeza, una disposición que para nosotros puede parecer extraña, pero que en el mundo de los invertebrados tiene una función vital. Conozcamos un poco más sobre esta asombrosa adaptación que muestra cuán ingeniosa puede ser la naturaleza.