Cuenta atrás para la prohibición de Tráfico en las ZBE de esta ciudad a los coches con etiqueta B

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A partir de abril de 2025, Bilbao marcará un hito en España al convertirse en la primera gran ciudad que prohíbe de manera total el acceso a sus Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) para los vehículos con la etiqueta B, también conocida como etiqueta amarilla. Esta normativa, que se aplicará tanto a coches como a furgonetas que no cumplen los estándares medioambientales actuales, afectará principalmente a aquellos vehículos con más de 15 años de antigüedad. Se espera que esta medida tenga un impacto significativo en la movilidad y en la vida de miles de ciudadanos que, a partir de la fecha establecida, deberán optar por alternativas sostenibles si desean circular en las zonas restringidas de la ciudad. A continuación te contaremos todos los detalles de esta disposición.

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Alternativas para los conductores afectados por la ZBE: entre el transporte público y los vehículos eléctricos

Alternativas para los conductores afectados por la ZBE: entre el transporte público y los vehículos eléctricos

Con la restricción en las ZBE, los propietarios de vehículos con etiqueta B en Bilbao deberán considerar distintas alternativas para sus desplazamientos diarios. La opción más inmediata y accesible es el uso del transporte público, que la ciudad se compromete a reforzar para absorber la demanda adicional que esta medida generará. No obstante, el cambio más profundo pasa por incentivar la adquisición de vehículos de bajas emisiones, como los híbridos o eléctricos, una transición que podría ser facilitada mediante incentivos fiscales y ayudas a la compra que ya existen en el marco de la política medioambiental estatal y autonómica.

Sin embargo, para muchas familias o pequeños negocios, cambiar a un coche eléctrico puede suponer una carga económica considerable, especialmente si se tiene en cuenta el alto coste inicial de estos vehículos y la infraestructura de recarga que todavía está en expansión. Ante este contexto, Bilbao debe apostar por crear un entorno favorable para la movilidad eléctrica, con una red de puntos de carga accesibles en el centro y en barrios periféricos, y garantizar que la transición hacia un tráfico más sostenible no perjudique a las personas que aún dependen de sus vehículos con etiqueta B para trabajar o realizar otras actividades cotidianas.