El diésel, que durante décadas fue el combustible preferido en gran parte de Europa, comienza a despedirse poco a poco en algunas regiones del continente. Las estrictas regulaciones ambientales y los cambios en la percepción pública han hecho que su popularidad disminuya de manera drástica. Países y ciudades, especialmente en Europa, están tomando medidas para reducir su uso, y París se ha convertido en un ejemplo destacado de esta transición al prohibir su venta en varias estaciones de servicio, marcando así un nuevo capítulo en la lucha contra este combustible. A continuación te contaremos cuál será el futuro del diésel en nuestro país.
3París marca el camino: prohibiciones que anticipan el futuro del combustible
París ha estado a la vanguardia en la implementación de políticas contra el diésel. Desde el 1 de octubre, la capital francesa ha prohibido la venta de este combustible en algunas estaciones de servicio, un paso significativo hacia un futuro más limpio. Esta prohibición afecta a estaciones de la cadena Total Energies ubicadas en la circunvalación de la ciudad, una de las zonas de mayor tráfico y contaminación. Aunque esta medida no aplica a todas las estaciones, se espera que gradualmente se extienda a más áreas de la ciudad, con el objetivo de reducir las emisiones y cumplir los compromisos ambientales de París.
Este movimiento es una continuación de la política implementada en 2020, cuando el gobierno local decidió eliminar los vehículos diésel de su flota oficial, aunque los servicios de emergencia, como la policía y los bomberos, aún emplean estos coches. París lleva años trabajando en esta transición, y la prohibición de la venta de diésel en ciertas estaciones de servicio es una muestra de su compromiso con la mejora de la calidad del aire. Esta iniciativa, respaldada por gran parte de la ciudadanía, ha puesto a la capital francesa en el mapa como una de las primeras en Europa en tomar medidas de este tipo.