Ponte en situación: tras haber finalizado el período de garantía, tu vehículo sufre una grave avería que deriva en tener que desembolsar una estratosférica cantidad de dinero. Por desgracia, no cuentas con el dinero necesario para hacer frente a ese gasto. Este tipo de situaciones son mucho más habituales de lo que puedes creer.
Los imprevistos económicos están a la orden del día. El ejemplo que acabamos de poner es tan solo uno de centenares, sumándose a la lista un problema de salud que exija un tratamiento bastante caro. Sea cual sea el problema que surja, es fundamental disponer de un fondo de emergencia que permita liquidar el importe en cuestión o, como mínimo, sea de gran ayuda para abonar una buena parte del mismo.
Básicamente, se trata de un dinero que la persona reserva durante un tiempo indeterminado. Es decir, a lo largo del período en cuestión, no hace uso de él para nada, exceptuando el caso en el que surja alguna adversidad que sí lo requiera.
En definitiva, el fondo de emergencia únicamente se utiliza cuando se produce un problema de carácter financiero. Sin esa reserva, afrontar el gasto no planeado supondría un quebradero de cabeza, por lo que es importantísimo contar con ella para gozar de una buena estabilidad financiera a nivel personal.
Ahora que sabes lo importante que es el fondo de emergencia, tal vez te estés preguntando qué hay que hacer para obtenerlo. Si lo desconoces, sigue leyendo, puesto que a continuación desvelaremos las claves para construir esta especie de reserva que es idónea para dar una respuesta efectiva a imprevistos de cualquier tipo o magnitud.
Cómo calcular la cantidad necesaria para construir un fondo de emergencia
Los cálculos son bastante sencillos, pero hay que tener en cuenta que cada problema puede traducirse en un gasto completamente distinto, incluso a pesar de que dos adversidades parezcan muy similares. Retomando el ejemplo de antes, una rotura de la correa de distribución podría suponer menos de 1.000 euros, pero si el contratiempo va a más y termina afectando al motor (provocando lo que en el mundillo se conoce como un ‘gripado’), estaríamos ante un gasto de 6.000 euros o más.
Teniendo esto en cuenta, construir un fondo de emergencia exige primeramente multiplicar por seis los gastos que suelen ser fijos. Supongamos que cada mes acostumbras a gastar unos 1.200 euros. De ser así, un fondo que te permitiera afrontar el problema económico sin comprometer tu salud financiera sería de
1.200 x 6 = 7.200 euros.
Por supuesto, cuanto mayor sea el fondo de emergencia, más tranquilidad proporcionará a aquella persona que lo haya construido. Aun así, el factor de multiplicación que acabamos de sacar a colación es suficiente para la mayoría de casos.
Pero, ¿en cuánto tiempo habría que construir el fondo de emergencia? Como indica su propio nombre, la adversidad puede surgir en cualquier momento. Es por este motivo que conviene disponer cuanto antes de la reserva de efectivo.
Sin embargo, en la actualidad la capacidad de ahorro de muchas familias es más bien reducida. Sea cual sea tu caso, lo más recomendable sería que pudieras disponer de un fondo de emergencia al cabo de un año de haber dado comienzo a la estrategia de ahorro.
Productos financieros que son de gran ayuda para la construcción del fondo de emergencia
Gastos fijos multiplicados por seis en un año. ¿Es posible? En efecto, aunque también puedes ampliar el plazo y conseguirlo en el doble de tiempo, así como reducir un poco la multiplicación. En cualquier caso, has de saber que existen varios productos de ahorro que ayudan muchísimo a las personas que tienen en mente el objetivo de construir un fondo de emergencia.
La primera herramienta financiera es conocida como cuenta de ahorro. Su funcionamiento es muy sencillo: la entidad bancaria fomenta que el cliente deposite su dinero en la cuenta que tiene contratada. Para incentivarle, otorga una mayor o menor rentabilidad. En tiempos como los actuales, la cifra puede ser mayor que hace pocos años, debido a que los tipos de interés también lo son.
Afortunadamente, hoy en día no es complicado dar con cuentas sin comisiones, las cuales a pesar de ofrecer buenas condiciones como la remuneración del ahorro, no acarrean el pago de una cantidad fija cada mes, trimestre o año.
Por otra parte, los depósitos a corto plazo también son recomendables para construir un fondo de emergencia. Al concluir el período establecido en el contrato, el cliente puede retirar todo el dinero que depositó junto a los intereses que le hayan generado esos ahorros.
Independientemente de si el producto financiero que más llama tu atención son los depósitos a corto plazo o las cuentas de ahorro, es importante que recibas asesoramiento financiero con tal de tomar una decisión óptima.
Como acabamos de ver, no es difícil construir un fondo de emergencia. Cuando lo hayas hecho, la tranquilidad se apoderará de ti al saber que, sea cual sea el imprevisto económico que surja, podrás hacerle frente sin tener que recurrir a soluciones financieras como los productos crediticios que ofrecen las entidades prestamistas.