La Coca-Cola se ha convertido en un símbolo global de la cultura capitalista, disfrutada en prácticamente todos los rincones del mundo. Sin embargo, hay dos países donde esta famosa bebida está prohibida: Corea del Norte y Cuba. Cada uno de estos casos presenta su propia historia y contexto que explica la ausencia de Coca-Cola en sus territorios.
3Un panorama global cambiante con Coca-cola
Aunque esta bebida también estuvo prohibida en otros países como China y Birmania, su ausencia en Corea del Norte y Cuba se debe a factores ideológicos y políticos más profundos. En China, la compañía fue expulsada en 1949, pero regresó en 1979 tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Birmania, por su parte, tuvo una ausencia de Coca-Cola durante 60 años hasta su reintroducción en 2012, aunque es difícil imaginar que no existiera un mercado negro que la hiciera accesible.
En contraste, la historia de Coca-Cola en Rusia es más compleja. Aunque la bebida fue introducida en la década de 1990, su salida del país en 2022, tras la invasión de Ucrania, muestra cómo la política global impacta en la disponibilidad de productos icónicos. La respuesta de Rusia fue crear Dobry Cola como alternativa, evidenciando cómo los contextos políticos y económicos pueden moldear el acceso a marcas globales.
En resumen, la prohibición de Coca-Cola en Corea del Norte y Cuba no solo refleja la influencia de la ideología comunista, sino también las complejas relaciones entre estos países y Estados Unidos. La historia de la gaseosa se entrelaza con la política, el control social y la identidad cultural, dejando un vacío que, en algunos casos, se intenta llenar con alternativas locales.
