En un contexto donde las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se están implementando en ciudades de más de 50.000 habitantes en toda España, los vehículos sin distintivo ambiental y los que portan la etiqueta B de la Dirección General de Tráfico (DGT) se enfrentan a cada vez más limitaciones. Las restricciones actuales dificultan que estos coches puedan circular en los centros urbanos de ciudades como Madrid o Barcelona, y la proyección es que estas limitaciones aumenten con el tiempo. Sin embargo, existe un resquicio legal que permite a algunos propietarios cambiar la etiqueta de su coche de B a C, obteniendo así acceso a un mayor número de zonas. A continuación, te explicamos en detalle en qué consiste este procedimiento, qué necesitas para realizarlo y cuáles son los beneficios de hacerlo.
5Anticiparse a las restricciones: una estrategia inteligente
Las proyecciones indican que las restricciones para los vehículos con etiqueta B de la DGT aumentarán en los próximos años. Las grandes ciudades como Madrid y Barcelona ya han comenzado a endurecer sus normativas de circulación, y se prevé que en menos de dos años se restrinja por completo el acceso a vehículos con etiqueta B en algunas zonas urbanas. Ante esta situación, el cambio de etiqueta se convierte en una inversión inteligente para aquellos que desean anticiparse a las limitaciones de movilidad.
El cambio a la etiqueta C permite a los propietarios de vehículos con etiqueta B extender la vida útil de sus coches y circular con mayor libertad. Además, esta modificación podría incrementar el valor del vehículo en el mercado de segunda mano, ya que muchos compradores potenciales verán la etiqueta C como un plus en términos de movilidad urbana. Cambiar de etiqueta no solo se traduce en libertad para circular, sino también en una mejora de la imagen ambiental del coche, un factor que puede ser cada vez más importante para los compradores conscientes del impacto medioambiental.