La odisea de pedir un taxi adaptado en España: ciudades y pueblos siguen incumpliendo el ratio mínimo

¿Cuánto tiempo estamos dispuesto a esperar por un taxi? ¿10, 15, 30 minutos? A veces encontrar un taxi en España puede ser algo complicado de noche o algún fin de semana. Acudir a una parada o llamar a la central para pedir directamente uno suele solucionar la situación.

Incluso, de repente, aparece una luz verde al fondo de la calle. Siempre se termina encontrando. Sin embargo, hay una parte de la población española que no tiene tanta suerte con los taxis.

LA ESPERA DEL TAXI ADAPTADO EN ESPAÑA: LAS PERSONAS CON MOVILIDAD REDUCIDA NO LO ENCUENTRAN

Es más; esa espera puede llegar a ser de dos horas y media o que nunca llegue a aparecer un vehículo disponible cualquier día y a cualquier hora. Hablamos de las personas con discapacidad que necesitan un taxi adaptado.

Es así que la Asociación de Personas con Diversidad Funcional, llevan reclamando un mayor control sobre los taxis para personas con movilidad reducida (PMR) para así asegurar su disponibilidad.

A esta petición, que lleva tiempo sobre la mesa, se han sumado también las agrupaciones de taxistas. Ya el año pasado se presentaron en varias ciudades escritos en conjunto tanto para los ayuntamientos como para los gobiernos regionales, y por el que ahora volverán a solicitar lo propio para exponer la problemática y peticiones al respecto.

EN MADRID EL NÚMERO DE TAXIS ADAPTADOS HA CAÍDO UN 32% DESDE 2019

Por ejemplo; en 2019 había en Madrid 654 taxis adaptados, con su rampa de acceso, mientras que en el último censo, en septiembre de 2023, apenas quedaban 435. Un descenso del 32% del servicio en cuatro años que hace presagiar lo peor.

«En teoría, el 5% de los taxis deberían ser accesibles según la ordenanza municipal, pero esto no se cumple», dicen desde el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (Cermi).

Taxi Adaptado España

Según los datos sectoriales, en Madrid hay 15.671 taxis. Para cumplir la cuota del Ayuntamiento, debería haber al menos 2.300 taxis adaptados, pero la cifra está en menos de la cuarta parte y la tendencia es a la baja.

«Es una pena, porque Madrid había sido una ciudad de referencia europea en este aspecto, junto a Londres, pero el sistema se ha ido desmontando poco a poco. Estamos en una situación límite», denuncian Moral. «Cuando una persona discapacitada no puede programar sus viajes, se encuentra el albur de lo que haya disponible. No es igual que otra persona con movilidad, que siempre tendrá uno disponible. Esto les complica mucho la vida para trayectos en los que tienen que cumplir un horario«.

EL RATIO MÍNIMO DEBERÍA SER DEL 5% DEL TOTAL DE TAXIS, Y NO SE CUMPLE

Sin opciones en la central de taxis, este es un problema que no solo se sitúa en las ciudades, sino que también se extrapola a los pueblos. Porque a los vecinos no les queda de otra que tirar ellos mismos de teléfono para lograr reservar un taxi que cumpliese con el imprescindible requisito de dar cabida a, por ejemplo, la silla de ruedas eléctrica de sus padres.

«Nos volvimos locos para conseguir los teléfonos de taxistas con vehículos adaptados. Uno con el que habíamos ido otras veces estaba ocupado, otros no podían porque tenían que estar en el aeropuerto, otro que no podía ese día. Fue una liada, hasta que encontramos uno con el quedamos directamente el día anterior», dice una vecina afectada por los taxis adaptados en Granada.

Otro problema al que se enfrentan está relacionado con las tarifas. Al pedir el servicio, el taxímetro viene puesto, por lo que la persona dependiente se ve ante una carrera “exagerada” en la que se ha sumado el recorrido desde donde se encontrara el taxi cuando fue contactado hasta el punto en el que está la persona, además del recorrido solicitado por la usuaria. Esto hace que se sientan «doblemente castigados». 

Como han denunciado en numerosas ocasiones, el principal problema que arrastra el servicio es el uso de furgonetas de nueve plazas adaptadas para la silla de ruedas, lo que provoca que los conductores prioricen los desplazamientos de grupos numerosos de personas. Frente a este tipo de vehículos, hay ciudades como Granada donde siempre ha reclamado el uso de turismos adaptados, no furgonetas, de 5+1 plazas.