En el corazón del Valle de Ezcabarte, Navarra, se encuentra Orrio, un pintoresco pueblo que ha sabido mantener viva una de sus tradiciones más entrañables: el cuidado de su antiguo reloj de torre. Este reloj, que data de 1780, ha marcado las horas de la comunidad durante más de 244 años, gracias al compromiso y esfuerzo de sus vecinos. Cada día, un grupo de ciudadanos se turna para darle cuerda, manteniendo así un patrimonio que une y enorgullece a todos.
3Un futuro prometedor para el reloj de Orrio
A medida que Orrio se enfrenta a los desafíos del tiempo, sus vecinos se esfuerzan por asegurar que su reloj siga funcionando. La colaboración entre la comunidad y las instituciones es clave para la preservación de este valioso patrimonio. El compromiso diario de los vecinos de dar cuerda al reloj es un recordatorio de la importancia de mantener vivas las tradiciones y de valorar lo que nos conecta con nuestro pasado.
Orrio no solo es un pueblo que guarda un reloj de 244 años; es un lugar donde el tiempo se mide en esfuerzos compartidos y en la dedicación a la historia. A través de sus tradiciones, los habitantes de Orrio nos enseñan que, aunque el tiempo avanza, hay cosas que siempre merecen ser cuidadas y celebradas.