En los últimos meses, la reina Sofía, figura clave en la monarquía española, ha generado preocupación debido a su estado de salud y algunos incidentes que evidencian el impacto de la edad en su movilidad. A pesar de haber sido siempre un modelo de vitalidad, recientes apariciones en público han hecho que muchos se pregunten cómo se encuentra realmente. En su última asistencia a los Premios Princesa de Asturias, por ejemplo, doña Sofía tuvo varios tropiezos, y algunos medios señalaron que se la vio desorientada al bajar del coche. Estos episodios, sumados a su reciente ingreso hospitalario, han suscitado dudas sobre el bienestar de la madre de Felipe VI. La reina emérita ha llegado a recurrir a un bastón en privado para evitar posibles caídas, aunque intenta mantener esta ayuda en secreto para no alarmar a la opinión pública. A sus 86 años, y tras décadas como un pilar de estabilidad para la Casa Real, doña Sofía enfrenta nuevos desafíos en su vida en Zarzuela, donde sigue siendo una presencia esencial.
2Los retos de la edad y la aparición del bastón
En las últimas semanas, se ha desvelado uno de los secretos mejor guardados de la reina Sofía: utiliza un bastón en sus desplazamientos privados dentro de Zarzuela. Aunque en eventos públicos procura no llevarlo para evitar crear alarma, esta ayuda demuestra que, como muchos otros miembros de la realeza de avanzada edad, doña Sofía necesita de este soporte para prevenir accidentes y garantizar su seguridad.
A pesar de los años, la reina Sofía se resiste a que esta imagen de fragilidad sea lo que defina su presencia pública. Al igual que otros royals europeos, como Harald de Noruega o Margarita de Dinamarca, la reina emérita ha aceptado el uso de este accesorio, aunque de manera privada. Su decisión muestra tanto su deseo de preservar una imagen digna como su aceptación de la necesidad de adaptarse a la edad.
