Las empresas españolas se enfrentan a un panorama de ciberamenazas cada vez más sofisticado y constante. La ciberseguridad se ha convertido en una prioridad crucial para la supervivencia y el éxito en el mundo digital.
El auge de los ciberataques en España
El tejido empresarial español está en el punto de mira de los ciberdelincuentes. Un alarmante 96% de las empresas españolas han sido víctimas de ciberataques en los últimos doce meses. Esta cifra, que abarca tanto ataques exitosos como intentos fallidos, pone de manifiesto la vulnerabilidad de las organizaciones ante este tipo de amenazas.
Las consecuencias de estos ataques son devastadoras, tanto a nivel financiero como reputacional. Dos tercios de las empresas (66%) han experimentado un incremento en la frecuencia de los ciberataques, mientras que solo un escaso 12% ha visto una disminución. Este aumento constante de la actividad delictiva en el ciberespacio obliga a las empresas a reforzar sus defensas y a considerar seriamente la contratación de un ciberseguro.
Entre las consecuencias más comunes de los ciberataques destaca el fraude por desvío de pagos, que ha afectado a más de la mitad (55%) de las empresas en el último año, un aumento significativo respecto al 38% del año anterior. El ransomware, una de las amenazas más temidas, también ha experimentado un crecimiento preocupante, afectando al 38% de las empresas, en comparación con el 23% del año anterior. Este tipo de ataque, que secuestra los sistemas informáticos y exige un rescate para su liberación, puede paralizar por completo la actividad de una empresa y causar pérdidas millonarias.
Otros tipos de ciberataques que han experimentado un aumento significativo en España incluyen:
- Ataques de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS): El 51% de las empresas han sufrido este tipo de ataque, que inunda los servidores con tráfico, impidiendo el acceso legítimo a los servicios online. Este porcentaje se ha más que duplicado respecto al 23% del año anterior.
- Uso indebido de recursos informáticos: Un 53% de las empresas han detectado este tipo de actividad maliciosa, que puede incluir el robo de datos, la instalación de malware o el uso de los recursos de la empresa para actividades ilícitas. Este porcentaje también ha aumentado considerablemente respecto al 23% del año anterior.
- Brotes de virus no ransomware: El 46% de las empresas han sufrido este tipo de ataque, que puede dañar los sistemas, robar información o propagarse a otros dispositivos. Este porcentaje se ha duplicado respecto al 23% del año anterior.
- Pérdida de datos cifrados: El 33% de las empresas han experimentado la pérdida de datos cifrados, un aumento de 20 puntos porcentuales respecto al año anterior. Aunque los datos estén cifrados, su pérdida puede interrumpir las operaciones y generar costes significativos de recuperación.
- Pérdida de datos no cifrados: Un preocupante 35% de las empresas han sufrido la pérdida de datos no cifrados, lo que supone un riesgo mucho mayor de exposición de información sensible y puede tener graves consecuencias legales y reputacionales. Este porcentaje se ha más que duplicado respecto al 14% del año anterior.
Ante este panorama de crecientes amenazas, las empresas españolas están tomando medidas para protegerse. La contratación de ciberseguros ha experimentado un auge significativo en los últimos doce meses. Actualmente, más de la mitad de las empresas (52%) cuentan con un ciberseguro independiente, una cifra que refleja la creciente conciencia sobre la importancia de la protección en el ciberespacio.