Las derramas que estás obligado a pagar en una comunidad de vecinos

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La convivencia en una comunidad de vecinos implica una serie de responsabilidades económicas. Además de las cuotas mensuales destinadas al mantenimiento de las zonas comunes, como limpieza o reparaciones menores, existen situaciones imprevistas que requieren de aportes extraordinarios, conocidas como derramas. Este término se refiere a un pago adicional que deben realizar los propietarios para cubrir gastos no contemplados en el presupuesto habitual. Entender qué son las derramas, cuándo son obligatorias y cómo se calculan, es clave para una correcta convivencia vecinal y evitar conflictos. A continuación te contaremos en que casos estás obligado a pagar las derramas. ¡No te lo pierdas!

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¿Qué pasa si un propietario no paga una derrama?

¿Qué pasa si un propietario no paga una derrama?

El impago de una derrama puede tener serias consecuencias para el propietario moroso. Al igual que sucede con las cuotas ordinarias de la comunidad, el impago de las derramas puede ser reclamado judicialmente. La Ley de Propiedad Horizontal permite que la comunidad de vecinos interponga una demanda contra aquellos propietarios que no cumplan con sus obligaciones económicas.

El proceso suele iniciarse con un requerimiento amistoso por parte del administrador o el presidente de la comunidad. Si tras este aviso no se realiza el pago, la comunidad puede acudir a los tribunales para reclamar la deuda. En este tipo de casos, el juez puede imponer el pago de la derrama más los intereses y las costas judiciales al propietario moroso.

Es importante recordar que el impago de una derrama no exime al propietario de su obligación de contribuir a los gastos de la comunidad. Incluso si un propietario está en desacuerdo con el importe de la derrama o si considera que la obra no es necesaria, está legalmente obligado a abonar su parte si la junta de propietarios ha aprobado la medida.

En conclusión, las derramas son un mecanismo esencial en la vida comunitaria, ya que permiten hacer frente a imprevistos o mejoras en el edificio que no estaban contemplados en el presupuesto anual. Comprender cuándo son obligatorias, cómo se calculan y qué consecuencias tiene su impago es fundamental para evitar conflictos entre los vecinos y mantener un buen ambiente en la comunidad. La Ley de Propiedad Horizontal ofrece un marco legal claro, pero es la comunicación y el consenso entre propietarios lo que garantizará una convivencia armoniosa en la comunidad.

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