Las derramas que estás obligado a pagar en una comunidad de vecinos

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La convivencia en una comunidad de vecinos implica una serie de responsabilidades económicas. Además de las cuotas mensuales destinadas al mantenimiento de las zonas comunes, como limpieza o reparaciones menores, existen situaciones imprevistas que requieren de aportes extraordinarios, conocidas como derramas. Este término se refiere a un pago adicional que deben realizar los propietarios para cubrir gastos no contemplados en el presupuesto habitual. Entender qué son las derramas, cuándo son obligatorias y cómo se calculan, es clave para una correcta convivencia vecinal y evitar conflictos. A continuación te contaremos en que casos estás obligado a pagar las derramas. ¡No te lo pierdas!

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Tipos de obras: ¿cuándo una derrama es obligatoria?

Tipos de obras: ¿cuándo una derrama es obligatoria?

No todas las derramas son obligatorias para los propietarios. La Ley de Propiedad Horizontal establece una distinción entre dos tipos de obras: aquellas que son necesarias para la conservación y habitabilidad del edificio, y las que se consideran mejoras o servicios adicionales. En el primer caso, las derramas son de carácter obligatorio, ya que estas intervenciones son fundamentales para garantizar la seguridad y el buen estado del inmueble.

Por ejemplo, reparaciones estructurales como el refuerzo de los cimientos o la sustitución de tuberías desgastadas son obras necesarias, y por tanto, todos los propietarios deben contribuir a su financiación. Lo mismo sucede con la instalación de rampas o ascensores cuando es necesario para facilitar el acceso a personas con movilidad reducida.

En cambio, las obras de mejora o instalaciones no esenciales, como la construcción de una piscina o la instalación de sistemas de domótica, no son obligatorias si un propietario se niega a pagar. En estos casos, la ley permite que quienes no quieran participar en la derrama se abstengan de pagar, aunque tampoco podrán disfrutar de los beneficios de dicha mejora.