Una sonrisa saludable refleja no solamente la salud de quien la ostenta, sino una sensación de confianza y hasta una juventud prolongada. Por este motivo, muchas personas tratan de conseguir todas las formas posibles para lograrla. Uno de los métodos que ha cobrado popularidad, además de la visita al odontólogo, es el uso de un blanqueador dental en casa. Sin embargo, más allá de tener dientes relucientes, es fundamental contar con una rutina de higiene bucal efectiva que promueva el cuidado de la boca a largo plazo.
En qué consiste un blanqueamiento dental
Este es un procedimiento cosmetológico utilizado para suprimir las decoloraciones o manchas en los dientes producidas por sustancias pigmentadas, como el vino, el café, el consumo de tabaco u otros factores externos. Una de las maneras para llevar a cabo tal tratamiento es en el consultorio odontológico, aunque es posible conseguir productos de venta libre, los cuales pueden resultar eficaces para blanquear la dentadura.
Sin embargo, de nada sirven los tratamientos para obtener una sonrisa resplandeciente si persiste una higiene dental inadecuada. De hecho, para mantener unos dientes sanos y prevenir problemas como caries, enfermedades de las mucosas y el mal aliento, es vital seguir una rutina de aseo diaria. El objetivo no solo es limpiar o blanquear la dentadura, sino también eliminar las bacterias que pueden acumularse en la lengua, las encías y en toda la cavidad bucal.
Pasos para una sonrisa perfecta
El primer paso para obtener una sonrisa sana, obviamente, es la visita regular al odontólogo. De hecho, las limpiezas periódicas ayudan a eliminar la placa dental y algunas manchas que los tratamientos, o la higiene rutinaria casera, no puede remover.
Luego, vienen las rutinas diarias de higiene bucal que ayudan a mantener su sonrisa siempre atractiva, entre ellos está:
Buena técnica de cepillado. Cepillar los dientes por tres minutos después de cada comida es fundamental. Utiliza un cepillo de cerdas suaves y una pasta dentífrica que contenga flúor; existen pastas dentales que contienen agentes blanqueadores que podrían contribuir al proceso de aclarado de la dentadura con el tiempo. Por otra parte, el método del cepillado es igualmente valioso; asegúrate de limpiar todas las superficies del diente, tanto en áreas frontales como las posteriores, mediante ligeros movimientos circulares. No olvides pasar el cepillo también por la lengua, ya que en ella se acumulan bacterias que pueden favorecer el mal aliento.
Usar hilo dental. El cepillado por sí solo no es suficiente para limpiar las zonas interdentales, donde pueden acumularse restos de comida y bacterias. Por eso, el uso diario de esta herramienta es esencial para completar una buena rutina de higiene bucal. Este instrumento evita la formación de placa entre los dientes y debajo de las encías, áreas en las que el cepillo no puede llegar.
Incluir un enjuague bucal en tu rutina puede proporcionar una limpieza adicional, ayudando a eliminar bacterias adicionales y proporcionan una sensación de frescura. Elige un producto que contenga flúor, que sea antibacteriano y que esté exento de alcohol, ya que este podría resecar e irritar las mucosas. Úsalo después de cepillarte y de pasar el hilo dental para obtener mejores resultados.
Adoptar un estilo de vida saludable. No cabe duda de que la buena salud bucal comienza con lo que comemos. Por lo tanto, se debería limitar el consumo de azúcares o de alimentos extremadamente ácidos que puedan erosionar el esmalte dental. Se recomienda incluir frutas y verduras crujientes en la dieta, pues ayudan en la limpieza natural de la dentadura.
Para blanquear la dentadura en casa
Después del tratamiento odontológico profesional y del establecimiento de una adecuada rutina de limpieza, puedes considerar el uso de alternativas caseras que pueden ayudar a mejorar la apariencia de tus dientes:
Fresas o frutilla. Por su contenido de ácido málico se considera que estas frutas, así como las cerezas, ciruelas, manzanas y otras, poseen propiedades blanqueadoras. Para utilizarlas con este fin, basta triturar algunas fresas y aplicarlas sobre tus dientes durante unos minutos antes de cepillarte.
Jugo de limón diluido en agua. Por su acidez, este zumo posee propiedades blanqueadoras naturales. Sin embargo, es vital que tengas mucha precaución con tal método, ya que el ácido cítrico puede debilitar el esmalte si se usa con demasiada frecuencia. Si decides probar tal procedimiento, mezcla una pequeña cantidad de jugo de limón con agua y úsalo como enjuague bucal ocasionalmente, nunca a diario.
Algunas consideraciones
Es imperativo recordar que, aunque los remedios caseros pueden ser útiles, no deben sustituir una buena higiene dental ni el asesoramiento profesional. Siempre es recomendable consultar a un dentista antes de iniciar cualquier tratamiento de blanqueo. En efecto, para mantener una sonrisa perfecta, no solo es necesario blanquear la dentadura; la prevención desempeña un rol fundamental.
Obtener una sonrisa perfecta es un proceso que requiere compromiso y esmero constantes. Luego de una visita al odontólogo, como paso primordial hacia un buen cuidado ortodóntico, establecer una rutina de atención bucal sólida es crucial para su mantenimiento. Posteriormente, vienen las opciones de blanqueo, ya sea a través de métodos profesionales o de remedios caseros. Recuerda que la higiene dental es esencial no solo para la estética, sino también para el bienestar general. Con dedicación y los cuidados adecuados, puedes lograr la sonrisa que siempre has deseado.