El lío con las políticas de inmigración sigue azotando la actualidad italiana y con la Unión Europea (UE) mirando de reojo lo que sucede en el país transalpino. Allí, se decidirán en buena parte las políticas sobre como recibir a la migración que entra por vías no legales y como resolver las peticiones de asilo. Cabe recordar que desde Europa se ve está viendo con buenos ojos el plan de la presidenta Italiana, Giorgia Meloni, de concentrar a los solicitantes de asilo y migrantes no legales en campos de la vecina Albania.
Y es que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ve con buenos ojos esta estrategia de la presidenta italiana de derivar a los migrantes que acceden irregularmente a su territorio. Un plan que ha suscitado muchos recelos entre los países de la Unión. Entre ellos España, el Gobierno que preside Pedro Sánchez ya se posicionó totalmente en contra de estas medidas al considerarlas contrarias al derecho y al espíritu de la UE.
Por su parte y hasta el momento el Partido Popular mantiene cierto silencio, si bien fuentes cercanas a Génova quieren ver como evoluciona la idea de Meloni como posible solución a la saturación que se vive en sitios como Ceuta, Melilla y el caso más sangrante de momento el de las Isla Canarias. Un archipiélago totalmente saturado por este flujo de personas, y que se ve incapaz de atender a estas llegadas masivas de migrantes por la peligrosa vía Atlántica. Hay que señalar que está semana se ha batido un nuevo récord: un cayuco con casi 300 migrantes ha entrado en esta complicada historia como el más grande de las historia.
LOS BUENOS OJOS DE VON DER LEYEN
Ante el recelo de la mayoría de gobiernos y de los partidos del bloque progresista, la semana pasada, Von der Leyen, propuso a los líderes de la UE explorar la idea de desarrollar «centros de retorno» de migrantes irregulares fuera de la UE, ya que considera que se podrían «extraer lecciones» de la experiencia que supone el acuerdo entre Italia y Albania. Un espaldarazo en toda regla para las políticas que en esta materia quiere aplicar la presidenta de Italia.
Unas políticas que comenzaron a experimentarse, no puede decirse aplicarse, la semana pasada cuando la armada del país transalpino llevó a 16 migrantes a Albania. Un viaje que llevaba varios meses de retraso, el tiempo que la mandataria italiana lleva intentando aplicar estas mediadas con un centro de internamiento fuera de la fronteras de la Unión Europea y con un «ventajoso» acuerdo para las autoridades albanesas con el primer ministro albanés, Edi Rama, a la cabeza.
«Es un camino nuevo, valiente, sin precedentes, pero que refleja perfectamente el espíritu europeo y tiene todos los visos de ser un camino a seguir también con otras naciones que no pertenecen a la Unión Europea», declaro Meloni en el Senado segura de su plan. Y los 16 migrantes con nacionalidades de Bangladesh y Egipto se dirigieron a los centros han abiertos en las localidades albanesas de Shengjin y Gjader, al otro lado del mar Adriático.
LA IDEA SE TUERCE PARA MELONI
Pero las cosas se torcieron para los intereses de Meloni. Cuatro de los migrantes tuvieron que ser devueltos inmediatamente a Italia por ser menores o “vulnerables”. La idea se torcía definitivamente y al poco tiempo el resto también debería volver. Puesto que, dos días después de su llegada, el Tribunal de Roma no convalidó la retención de los doce restantes y ordenó su regreso a Italia, alegando que Egipto y Bangladés no podían considerarse países seguros en su totalidad, en base a una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Esta decisión del Tribunal de Roma enfureció a Meloni, que de forma express, con un decreto-ley modificó la lista de países seguros, en un intento de evitar otras interpretaciones de los jueces (la lista antes estaba integrada en un decreto meramente administrativo). Con una intención clara del Gobierno y que no es es otra que dirigir a Albania a los migrantes que procedan de países seguros. Ellos son los que tienen más difícil conseguir el asilo internacional, y de esta forma poder repatriarlos más rápidamente, eliminando el «problema» para las autoridades italianas.
El Gobierno ha querido responder de esta manera al varapalo judicial desde el terreno político, con este decreto aprobado el lunes 21 de octubre en Consejo de Ministros. Un texto, con el que Meloni deja claro que se ceñirá a su actual estrategia migratoria y deberá ser refrendado por el Parlamento en un plazo de dos meses.
Cabe recordar que Italia y Albania suscribieron en diciembre de 2023 un pacto bilateral por el cual los migrantes que llegasen por mar a las costas italianas podían ser trasladados a suelo albanés, a los dos centros nombrados y habilitados ‘ex profeso’ donde esperarían la resolución de sus solicitudes de asilo. Un sainete que de momento no se sabe quien ganará