Las acusaciones de abuso sexual a un menor en un vuelo Ibiza-Madrid han sido archivadas por falta de pruebas, demostrando la importancia de una defensa legal sólida ante denuncias infundadas. El caso, que conllevó la detención del acusado durante 72 horas, se originó por la negativa de este a cambiar de asiento con la madre del menor. Este incidente pone de manifiesto la vulnerabilidad de los pasajeros a falsas acusaciones y la necesidad de un asesoramiento legal especializado.
El Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid ha archivado el caso contra un pasajero acusado de abuso sexual a un menor durante un vuelo procedente de Ibiza. La acusación, basada en el testimonio del menor, sostenía que el pasajero había realizado tocamientos en zonas próximas a sus genitales. Sin embargo, la defensa, ejercida por el despacho Ospina Abogados, desmontó la versión del menor, presentando argumentos sólidos y rebatiendo las acusaciones.
El incidente se produjo en un vuelo nocturno de Ibiza a Madrid. Al embarcar, la madre del menor solicitó al acusado que le cediera su asiento para poder estar cerca de su hijo. Ante la negativa del pasajero, que según su defensa permaneció dormido durante la mayor parte del vuelo, la madre insistió en su petición, dirigiéndose también a la tripulación de cabina. Sin embargo, las azafatas le indicaron que no era posible realizar el cambio de asiento.
Tras el aterrizaje en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, la Guardia Civil recibió una denuncia por una supuesta agresión sexual a un menor durante el vuelo. El acusado fue detenido y permaneció 72 horas bajo custodia policial antes de pasar a disposición judicial. El juez decretó su libertad provisional con la obligación de comparecer ante el juzgado.
La defensa del acusado, llevada a cabo por los abogados Juan Gonzalo Ospina y Beatriz Uriarte del despacho Ospina Abogados, argumentó desde el principio que la acusación era infundada. Presentaron pruebas que contradecían la versión del menor, incluyendo los testimonios de la azafata y otros pasajeros cercanos, quienes afirmaron no haber presenciado ningún comportamiento inapropiado por parte del acusado. Además, la defensa alegó que la motivación de la denuncia radicaba en el resentimiento de la madre del menor por la negativa del acusado a cambiarle el asiento.
El juez, tras analizar las pruebas presentadas, concluyó que no existían indicios suficientes para sostener la acusación. En el auto de archivo, el juez destaca que la versión del menor no ha sido corroborada por ninguna prueba y que el acusado se acogió a su derecho a no declarar. La falta de testigos que confirmen la versión del menor, la ausencia de grabaciones o imágenes, y el testimonio de la azafata que no observó ningún incidente, llevaron al juez a decretar el sobreseimiento provisional de las actuaciones.