El caso de la madre superiora de la Curia Episcopal de Ariano Arpino ha sacudido tanto a la comunidad religiosa como a la sociedad en general. Una monja, encargada de cuidar los bienes sagrados y las donaciones de los fieles, ha sido arrestada por robar objetos de valor por más de 80.000 euros. Esta historia revela cómo incluso aquellos que deberían ser ejemplo de virtud pueden, en ocasiones, caer en la tentación y traicionar su voto de pobreza y honestidad.
1El robo de las joyas sagradas
El escándalo comenzó cuando el obispo de la localidad, situada en la región de Campania (sur de Italia), reportó la desaparición de diversas alhajas donadas por los feligreses a la parroquia. Las joyas y objetos de oro, que en su mayoría habían sido donados con devoción, habían desaparecido misteriosamente. Tras una investigación dirigida por la fiscalía de Benevento, la madre superiora fue identificada como la principal sospechosa. Al ser interrogada por los Carabineros, la monja confesó su crimen, admitiendo que había vendido los objetos robados y transferido el dinero al extranjero.
La madre superiora tenía acceso completo a la Curia Episcopal y sus bienes, lo que le permitió sustraer los objetos sin resistencia. La noticia de su traición ha dejado en shock a la comunidad religiosa, pues el robo no solo afecta a la parroquia, sino que también involucra objetos sagrados de gran valor espiritual, como una reliquia de San Nicolás de Bari, engastada en un medallón.