Meta, el gigante tecnológico propietario de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha protagonizado una polémica tras el despido de casi una veintena de empleados. La causa: un fraude sistemático en el uso de las dietas ofrecidas por la compañía. Estos trabajadores utilizaban los fondos destinados a la manutención para la compra de artículos del hogar, vino y otros productos no relacionados con la alimentación.
El sistema de dietas de Meta
El sistema de dietas implementado por Meta en su sede de Silicon Valley ofrece a sus empleados 20 dólares para el desayuno, 25 dólares para la comida y otros 25 dólares para la cena. Esta política, diseñada para facilitar la conciliación laboral y personal, se traduce en una importante inversión por parte de la compañía. En oficinas más pequeñas, donde no existe un comedor propio, Meta proporciona bonos para plataformas de reparto a domicilio como Uber Eats o Grubhub. Sin embargo, este sistema, basado en la confianza, se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para el fraude.
Según fuentes internas, algunos empleados acumulaban los vales de comida para utilizarlos posteriormente en compras no autorizadas. Otros, incluso, pedían comida a domicilio a pesar de que las dietas estaban concebidas para ser utilizadas presencialmente en el lugar de trabajo. Este comportamiento fraudulento, que se venía produciendo desde hacía tiempo, finalmente ha salido a la luz, desencadenando la contundente respuesta de Meta.
Consecuencias y repercusiones del fraude en Meta
La respuesta de Meta no se ha hecho esperar. Los despidos, ejecutados la semana pasada, afectaron a casi una veintena de empleados implicados directamente en el fraude. Además, otros trabajadores que incurrieron en prácticas irregulares de forma puntual recibieron una advertencia formal. Estas medidas, aunque drásticas, buscan sentar un precedente y reforzar la política de ética e integridad de la compañía.
Este incidente se produce en un momento especialmente delicado para Meta. La empresa se encuentra inmersa en una reestructuración que afecta a equipos de WhatsApp, Instagram y Reality Labs, su división de realidad virtual y aumentada. La coincidencia temporal de ambos acontecimientos ha generado especulaciones sobre una posible conexión entre ellos. Sin embargo, no existe evidencia que vincule directamente los despidos por fraude con la reestructuración general de la compañía.