Guardar sartenes y ollas en el horno, incluso cuando este está apagado, es una práctica muy común en muchos hogares, pero también una de las más peligrosas. Aunque puede parecer inofensivo, hacerlo puede acarrear problemas serios, tanto para tu cocina como para tu seguridad. Hoy, te explicamos los riesgos asociados a esta costumbre y por qué es mejor evitarlo.
1Daños al horno y pérdida de eficiencia
El horno no está diseñado para almacenar utensilios de cocina. Su función principal es cocinar y, para ello, debe repartir el calor de manera uniforme por todo su interior. Guardar sartenes y ollas dentro puede provocar daños a las paredes del horno, como roces, golpes o raspaduras, que disminuyen su eficacia. Además, si abres y cierras la puerta del horno constantemente para meter y sacar utensilios, podrías alterar su ajuste, lo que resulta en una pérdida de calor y eficiencia energética. Esto, a la larga, puede aumentar el consumo de energía y, en consecuencia, tu factura eléctrica.
