El reinado de Felipe VI ha estado marcado por una firme determinación de mantener la estabilidad de la Corona española, y para lograrlo, ha tomado decisiones importantes que afectan incluso a su propio padre, el rey emérito Juan Carlos I. Las recientes acciones de Juan Carlos, desde la publicación de sus memorias hasta la aparición en medios junto a personalidades controvertidas, han generado tensiones que amenazan con dañar la reputación de la monarquía.
Felipe VI ha respondido con mano firme, frenando varias de las maniobras públicas de su padre en un esfuerzo por proteger el futuro de la institución y, en particular, la imagen de la princesa Leonor, su heredera. La relación entre padre e hijo ha sido puesta a prueba, y Felipe ha dejado claro que la estabilidad de la Corona es su prioridad absoluta.
4Juan Carlos I y sus polémicas: un freno necesario por parte de Felipe VI
El rey emérito ha protagonizado varios escándalos en los últimos años que han puesto en jaque a la Casa Real. Desde su relación con Bárbara Rey, hasta la publicación de audios comprometedores, Juan Carlos ha seguido siendo una figura polémica a pesar de su abdicación. Las continuas filtraciones sobre su vida personal y sus supuestas relaciones extramatrimoniales han creado una imagen que contrasta con los valores que Felipe VI intenta proyectar.
Felipe ha tomado cartas en el asunto para evitar que estos escándalos sigan afectando a la monarquía. En varias ocasiones, ha mantenido conversaciones privadas con su padre, pidiéndole que actúe con mayor discreción. Aunque la familia real ha tratado estos temas con elegancia y sin declaraciones públicas, la presión ha sido evidente. Felipe está decidido a que la reputación de la Corona no se vea arrastrada por los errores del pasado.