El reinado de Felipe VI ha estado marcado por una firme determinación de mantener la estabilidad de la Corona española, y para lograrlo, ha tomado decisiones importantes que afectan incluso a su propio padre, el rey emérito Juan Carlos I. Las recientes acciones de Juan Carlos, desde la publicación de sus memorias hasta la aparición en medios junto a personalidades controvertidas, han generado tensiones que amenazan con dañar la reputación de la monarquía.
Felipe VI ha respondido con mano firme, frenando varias de las maniobras públicas de su padre en un esfuerzo por proteger el futuro de la institución y, en particular, la imagen de la princesa Leonor, su heredera. La relación entre padre e hijo ha sido puesta a prueba, y Felipe ha dejado claro que la estabilidad de la Corona es su prioridad absoluta.
2El estilo de Felipe VI: un reinado de transparencia
Desde que ascendió al trono, Felipe VI ha trabajado arduamente para marcar una clara diferencia con respecto al reinado de su padre. Su estilo ha sido más sobrio y enfocado en la transparencia, buscando restaurar la confianza en la monarquía. Una de sus primeras decisiones fue renunciar a la herencia de su padre y retirar la asignación pública que recibía Juan Carlos. Estas medidas fueron vistas como un intento claro de distanciarse de los errores del pasado y de consolidar la monarquía en una nueva era de responsabilidad.
Felipe VI también ha implementado una política de mayor apertura en la Casa Real, publicando de manera periódica las cuentas de la institución y promoviendo una imagen de servicio público. Estas decisiones han contribuido a que la figura del rey sea vista como un líder moderno, en sintonía con los tiempos que corren, y dispuesto a poner el bienestar del país y de la Corona por encima de los vínculos familiares.
