Los barras bravas muestran a Iker Muniain el lado oscuro del fútbol argentino
Cuando Iker Muniain decidió dejar el Athletic Club de Bilbao aseguró que su sueño, después de triunfar con los leones, era conocer desde dentro el fútbol argentino por la pasión con la que se vive allá este deporte. Sin embargo, sus primeros pasos con San Lorenzo, equipo que le fichó después de la negativa de River Plate, no están siendo como esperaba el navarro.
El equipo bonaerense no ha empezado el curso de la mejor manera y actualmente, con 17 partidos disputados, marcha quinto por la cola. El rendimiento de Iker Muniain tampoco ha estado a la altura de lo esperado habiendo marcado apenas dos goles, que le dieron la victoria a San Lorenzo contra el Banfield. Además, el navarro estuvo involucrado en la última polémica del equipo que acabó con la dimisión de Pipi Romagnoli.
El penalti de la discordia
El nuevo equipo de Iker Muniain está atravesando una etapa complicada a nivel deportivo siendo 24º en la clasificación. La tensión acumulada ha sido tal que en el último partido contra Godoy Cruz todo saltó por los aires a consecuencia del lanzamiento de un penalti a favor que, de haber acabado dentro de la portería, hubiera supuesto la victoria de San Lorenzo y que las aguas se calmaran.
Por desgracia, Francisco Fydriszewski erró en su lanzamiento desde los once metros, una responsabilidad que como dejó claro Leandro Romagnoli era de Iker Muniain. Tras el encuentro, el técnico anunció su dimisión caldeando más el ambiente, una crisis que ha vivió su momento más álgido el pasado miércoles cuando los barras bravas de San Lorenzo irrumpieron en el entrenamiento del equipo.
Iker Muniain ya conoce a los barras bravas
La crisis que atraviesa San Lorenzo tiene tintes de acabar de la peor de las maneras, mucho más después de que 60 barras bravas, según medios argentinos, interrumpieran el pasado miércoles la sesión de entrenamiento del equipo ante el desconcierto de jugadores y cuerpo técnico y generando situaciones de miedo y tensión.
Los fanáticos, que exigieron a los futbolistas más intensidad en los partidos, también amenazaron a toda la plantilla de San Lorenzo, incluido Iker Muniain. En este sentido, los barras bravas aseguraron que si el equipo no consigue los tres puntos en el próximo partido podría haber consecuencias.